El perro reactivo [porqué se porta así y cómo solucionarlo]

Casi todos conocemos algún perro reactivo que siembra el pánico allá por donde va, ladrando y abalanzándose a todo perro que se interpone en su camino. Y, verdaderamente da lástima ver como otros perros y personas se aterrorizan de esta situación. Pero es todavía peor, cuando el causante de esta situación es tu propio perro.

Generalmente los tutores son incapaces de reconducir estas conductas y, a la larga e inevitablemente evitan pasear con sus perros. Y esto, se convierte en un círculo vicioso: la falta de ejercicio, estimulación y socialización que necesita un perro aumentan los problemas de conducta, los paseos siguen disminuyendo… ya sabéis.

Si te sientes identificado o identificada con esta situación tengo buenas noticias: primero he de decirte que la reactividad es algo muy común y frecuente, por lo tanto, no estás sola. Y segundo, porque te aseguro que con un buen plan de modificación de conducta, y por supuesto constancia y trabajo, la reactividad es un problema con buenas expectativas de mejora.

Hoy el tema va de perros reactivos. No me enrollo más, al lio.

Muchos de mis clientes, y probablemente muchos de los que estáis viendo este video, quizás estéis preocupados o avergonzados por el comportamiento de vuestro perro en público.

De hecho, es muy probable también que saquéis a vuestro perro a media noche, o a horarios de poca actividad, en un esfuerzo por mantener a vuestro perro sin abalanzarse, gruñir o ladrar de manera histérica a otros perros o personas.

Para la gran mayoría esto tiende a convertirse en una solución rápida y, aunque parece una solución viable y sensata, seamos realista… este enfoque carece de sentido práctico. Pero, como siempre, vayamos por partes.

Antes de nada, ¿cuándo hablamos de reactividad, a que nos referimos exactamente?¿y qué relación tiene con la agresividad?

¿Qué es la reactividad?

Un perro reactivo es aquel en el que los niveles de excitación van más allá de un nivel adaptativo. O, dicho de otra manera, un perro reactivo es aquel que responde a eventos del entorno con un nivel de intensidad superior a lo normal.

Algunas de estas reacciones exageradas incluyen ladridos, lloriqueos, arremetidas, hipervigilancia, jadeo, inquietud general y verdaderas dificultades para responder a su propietario, incluso ante señales conocidas y habituales como un «sienta».

Ahora, y aunque es algo que tiende a malinterpretarse, existe una gran diferencia entre un perro reactivo y un perro agresivo.

¿Cuál es la relación entre reactividad y agresividad?

Para definir la agresividad voy a usar la definición que utiliza el doctor James O’Heare en su libro “Manual del Perro Agresivo”:

La agresión se define como un ataque, intento de ataque, o amenazas de ataque, de un individuo a otro.

Bueno, en su libro la definición es un poco más larga, pero creo que ya conocemos todos el comportamiento agresivo cuando lo vemos.

Cuidado, las conductas agresivas no necesariamente implican una mordedura. Agresividad hace referencia a la comunicación y el lenguaje que tiende a predecir un posible ataque. Como veremos un poco más adelante, estas conductas tienen como finalidad aumentar la distancia de seguridad. O, por simplificarlo todavía más, generalmente (aunque no siempre) la reactividad y la agresividad son conductas muy relacionados con el miedo y la inseguridad.

Haciendo referencia una vez más a otra de las mejores, la Dra. Karen Overall, en su libro “Manual de Medicina Clínica y Conductual para Perros y Gatos“, afirma lo siguiente:

Aunque la ansiedad y la excitación pueden ser los estímulos que dan lugar a una respuesta temerosa, el miedo se caracteriza por comportamientos visibles de huida o retirada, disminución de la interacción social y señales claras de que el perro no desea interactuar con ese perro o persona […]

Es decir, los perros con miedo no son verdaderamente una amenaza, a no ser que no tenga opción a huir y la amenaza siga avanzando o invadiendo su zona de seguridad.

[…] Sin embargo, el comportamiento ansioso, o derivado de la excitación, tiende a ser más provocativo, incluso hasta el punto de ponerse a si mismos en una situación social incomoda, que les preocupa o que no saben manejar bien.

Estas afirmaciones pueden ayudar a muchos personas a entender porque a pesar de derivar de la inseguridad y del miedo, sus perros gruñen, ladran y se abalanzan hacia la cara de los otros perros, generando conflictos y situaciones de riesgo inminente.

Un perro con un elevado estado de excitación, uno que verdaderamente está más allá de tener una reacción de lo que llamamos normal, es un perro que muchas personas consideran vergonzoso, histérico o simplemente agresivo. Pero realmente, los perros que muestran este tipo de conductas, lo que están es pidiendo a gritos distancia.

En estos casos, tanto el tutor como el perro se pasan escaneando constantemente el entorno para no encontrarse con ese estímulo causante de que los niveles de adrenalina y cortisol se disparen. Y, aunque en este video no voy a hablar del estrés y del apilamiento de estresores (tenéis dos artículos donde hablo sobre esto, estrés en perros [parte 1] y porque un perro se vuelve agresivo de repente [estrés, parte 2]) lo que debéis tener siempre presente es que esos estímulos, comúnmente conocidos como aversivos, desencadenan una reacción llamada lucha-huida-parálisis. Es decir, un punto de ruptura en el que tu perro ya no puede gestionar esa emoción, ni controlar su comportamiento, sin reaccionar de manera negativa.

Por lo tanto, y teniendo en cuenta que en ese estado los animales somos incapaces de aprender nada, para poder trabajar la reactividad debes mantener si o si a tu perro siempre por debajo de estos niveles. Sin este requisito, el programa de modificación de conducta simplemente no funcionara.

Ahora que ya sabemos qué es la reactividad, y su diferencia con la agresividad, quizás te estarás preguntando porque tu perro se comporta de esta manera tan ruda.

Pero… en serio, ¿porqué se comporta así?

Como siempre, esta pregunta tiene muchísimas respuestas:

  • Algunos pueden haber quedado traumatizados por alguna experiencia mala
  • Otros habrán tenido una mala socialización cuando eran jóvenes
  • En otras ocasiones (y esto es algo super frecuente) se ven expuestos a este tipo de situaciones de manera casi diaria sin tan siquiera darnos cuenta de ello.
  • Por supuesto, la genética también juega un papel importante: la timidez y la inseguridad es altamente hereditaria.

Desde luego, no podemos asegurar fehacientemente lo que pasa dentro de la cabeza de estos perros, pero a nivel observable, y en relección a su comportamiento en un determinado entorno, sí que podemos hacer algunas hipótesis.

Algunos se sienten atrapados o vulnerables cuando están atados

La primera, es que generalmente a estos perros se sienten atrapados o vulnerables cuando están atados a la correa. Pensad que con la correa eliminamos de la ecuación las conductas de escape y huida, por lo tanto, y tomad nota porque esto es importante, sin darnos cuenta ya estamos modificando su comportamiento natural, que quizás en un principio sería alejarse.

Para algunos perros, la distancia de acercamiento y su consiguiente conducta reactiva, serán un par de metros; para otro serán distancias enormes. Pero en ambos casos, la función de este comportamiento es de defensa: alejarnos de esa amenaza (este aprendizaje ocurre por R-, pásate por el video de refuerzo positivo para entenderlo mejor).

Ojo, no estoy diciendo que todos los perros reactivos les tengan miedo a otros perros. Hay casos en los que entran en esta especie de locura o frenesí motivados por la excitación de no poder interactuar con el otro perro. Y esto está muy relacionado con la frustración.

Locura o frenesí motivados por la excitación (frustración)

Generalmente los tutores de los perros reactivos tienden a retenerlos y evitar ciertas situaciones. Y cuando una correara retiene una conducta una y otra vez, pueden asociar este sentimiento de frustración con el acercamiento del otro perro.

Después de meses y años intentando acercarse a otros, y al estar restringidos, su energía y frustración pueden convertirse en un caldero de emociones fuera de control. Lamentablemente, algunos tienden a volverse agresivos y eventualmente descargar su frustración en algún pobre y desventurado perro que se acerque demasiado.

Asociación aprendida entre ver a otro perro y castigos

Otra explicación es la asociación aprendida entre ver a otro perro y sentir un aversivo, como por ejemplo, sentirse ahogados por un collar, el dolor de unos pinchos en el cuello, manos alzadas con humanos enfadados, toques… ya me entendéis (lo que en el aprendizaje operante conocemos como castigo positivo)

Lamentablemente, muchos propietarios son muy mal asesorados cuando se les dice que apliquen correcciones severas cada vez que su perro hace algún movimiento de este tipo hacia otro perro. Esto por supuesto, confirma las sospechas del perro sobre el peligro de ver a otros perros, lo cual cada vez agrava más el problema.

Dolencias no diagnosticadas

Por último, otra cosa a mencionar son los perros con dolencias no diagnosticadas, por lo tanto, y antes de hacer cualquier plan de intervención, el chequeo veterinario es un requisito indispensable.

Ahora, y antes de hablar del plan de trabajo, cosas importantes que no debéis hacer.

Cosas importantes que no se deben hacer

Como ya hemos visto, la forma en que criamos y educamos a los perros puede contribuir a que se produzca un perro reactivo y/o agresivo. Puede sonar duro, pero es así.

Los perros son animales sociales (no de manada), y cuando eliminamos una necesidad básica y principal como socializar, bien sea con perros o con humanos, se genera frustración.

Por lo tanto, y algo que me parece terrible, es querer tener perros para luego tenerlos encerrados en casa, sin salir, y mantenerlos con poca o ninguna estimulación, física, mental o social. Por supuesto estos perros, después son etiquetados como perros “malos” o “desobedientes”, pero desde luego, y ante situaciones como estas, yo también mordería. Y posiblemente a ti, te pasaría lo mismo.

Por otro lado, y como he dicho antes, los perros tratados o entrenados con técnicas de castigo acaban derivando en problemas mayores de los que quizás habían en un comienzo. De hecho, a veces pueden entrar en un estado al que llamamos de indefensión, temerosos de hacer algún movimiento equivocado y su consiguiente fuerte sacudida en el cuello u golpe en el hocico.

De modo que cualquier método de castigo que se emplee con un perro reactivo o agresivo, no ayudará a cambiar su conduta. Mires por donde lo mires.

La idea de un buen plan de trabajo para modificar conductas relacionadas con la reactividad o la agresividad, nada tiene que ver con métodos de castigo o aversivos. Al revés, se trata más bien de asegurarnos de que nuestro vínculo con el perro se mantenga positivo y saludable (lo que comúnmente conocemos como confianza), y sobre todo, que el perro pueda aprender nuevas habilidades desde una sensación de seguridad absoluta.

Otra cosa importante que suelo asegurarme con mis clientes antes de empezar a trabajar, es revisar el material o herramientas de trabajo que vamos a utilizar. Necesitas un buen equipo.

Antes de nada, seguridad: material de trabajo

Tienes que empezar asegurándote muy mucho de que dispones de buen material de trabajo.

  • Si tu perro es reactivo, con tendencia o probabilidades de morder, deberás acostumbrarle primero a llevar bozal (aunque espero, que de ser el caso ya lo hagas).
  • También te recomiendo un buen arnés, con el que tu perro esté bien seguro. Piensa que los collares, aunque tu no tires, en los momentos de frenesí pueden hacerles autenticas averías, especialmente si son perros pequeños. Obviamente, nada de collares de castigo, ahorque, pinchos, ya sabéis…
  • Aseguraros también de llevar una buena correa, a poder ser un poco larguita, de nailon, o engomada mejor, especialmente si es un perro grande, porque el agarre es mayor. Sobre todo, asegúrate de que el mosquetón sea resistente. Por cierto, evita usar correas extensibles o tipo flexi. Recuerda que esto es una herramienta de trabajo, necesitaras usar las dos manos y sentir la conexión con tu perro.
  • ¡No te olvides de la comida! Compra una bolsa que puedas ponerte a la cintura y rellenarla todos los días con galletas, pienso especial de entrenamiento o comida que le guste mucho a tu perro. Lo importante es que sea accesible, el timing o precisión, es una de las claves.

Tienes que tener en cuenta que en ese tipo de trabajo estarás compitiendo con el entorno por la a tención de tu perro. Piensa bien que tipo de comida eliges, un error común es usar comida de baja o media calidad, para luego llegar a la conclusión de que tu perro no hace caso a la comida. Y recuerda también, que en ultima instancia es tu perro quien decide que es o no un gran premio.

Una vez que el comportamiento en el que estás trabajando está bien establecido, podrás variar el tipo de refuerzo que le das a tu perro. Podemos alternar entre comida, elogios y juegos para que el perro aprenda a «sentirse bien» cuando hace lo que le pides, en vez de esperar lo mismo cada vez.

Por cierto, no voy a entrar en el tema de los juguetes porque es complejo. El mal juego puede excitar muchísimo a un perro, cosa nada interesante cuando se está trabajando la reactividad. Así que este punto considero que es preferible hablarlo y probarlo en persona con la familia y perro con quien estoy trabajando. Pero, nunca está de más saber que también puede ser un refuerzo potente.

¿Cómo lo hacemos? Pasos para trabajar la reactividad

Antes de nada quiero dejar bien claro algo: no existen trucos rápidos ni mágicos. La reactividad es un problema serio. Las pautas que voy a dar aquí pueden guiarte hacia la dirección o de enfoque de trabajo, pero si el problema es serio, lo mejor será que busques un buen educador que pueda ayudarlos (un BUEN educador, mira el video tu perro no necesita adiestramiento canino para saber más.)

  1. Ser proactivo o proactiva y anticiparte MUCHO a las cosas. Recuerda ir preparada con la bolsa de comida y un buen equipo.
  2. Haz una lista con todos los desencadenantes que generan el problema. Pueden ser perros, o perros negros, niños, pelotas, patinetes… todo. Esta lista te ayudará a ser consciente de todos las cosas con las que tenéis que trabajar de aquí en adelante.
  3. Lo siguiente que debes hacer es intentar crear el mayor espacio posible entre estos estímulos y tu perro. Como ya habéis visto, la distancia de seguridad es lo mas importante a la hora de trabajar este tipo de problemas, para poder tener al perro siempre por debajo de su umbral de tolerancia. Solo así podrá prestarte atención y aprender cosas nuevas, una vez superada la línea roja, no funcionará.
  4. Cuando esté pasando el estímulo desencadenante en la distancia, y tu perro lo mire, márcaselo con un “bien” (en el video 5 habilidades críticas te explico que es un marcador de eventos) y cuando se gire hacia ti, refuérzaselo con comida. Si no se gira, no pasa nada, dale comida igual y háblale con voz amable y segura. Si estáis lo suficientemente lejos y la comida es de alto valor, tu perro la aceptará gustosamente. También puedes probar hacer una búsqueda si estas en un césped.

La idea es ir asociando estos estímulos aversivos con cosas buenas. De ahí la distancia de seguridad y la comida, insisto, de alto valor. Cuando se gira hacia nosotros, o cuando baja la cabeza para hacer una búsqueda, ocurre lo que llamamos “descompresión”, y es la clave para que esa asociación entre estímulo bueno-malo ocurra.

A medida que trabajas esto, podrás ir poco a poco acortando las distancias (recuerda, siempre y cuando esos encontronazos no sigan ocurriendo, sino todo ese repertorio de comportamiento seguirá reforzándose y la conducta jamás se extinguirá).

Insisto, esto es una guía orientativa de trabajo. Generalmente este tipo de programas llevan consigo muchísimas otras cosas más, entre ellas trabajar nuevas habilidades como el juego “mira eso”, que es el que personalmente utilizo para este tipo de problemas. Si queréis un video especialmente enfocado a este trabajo, dejádmelo en comentarios

Importante: trabaja en la proactividad y la prevención de sucesos para que NO se continúen reforzando este tipo de conductas

En cierta manera, la reactividad de tu perro hacia otros perros, es como un mal hábito. Cada vez que ladra y se abalanza hacia otro, y ese estimulo desaparece, por lo que sea, esos comportamientos están siendo reforzados. Y recordad las conductas reforzadas, aumentan y se mantienen en el tiempo, siempre.

Teniendo en cuenta todo esto, cualquier cosa que podamos hacer para prevenir un incidente o encontronazo con otro perro, vale la pena hacerlo:≠

  • Buscar momentos tranquilos del día para pasear
  • Si te encuentras con otro perro, no dudes en cruzar la calle o girar hacia el otro lado
  • Trata de caminar por calles anchas, y zonas espaciosas
  • Cuando gires esquinas, intenta abrirte lo máximo posible.
  • Utiliza mobiliario urbano como coches, maceteros, bancos, o tu propio cuerpo como barrera visual con el otro perro

Lo más importante es que tengas en mente que cualquier situación que te haga sentir incomoda ti, también le hará sentir incomodo a tu perro. Por lo tanto, EVÍTALO. Y no creas que estás siendo un cobarde por evitar estos problemas, estás siendo un tutor sabio y reflexivo con conocimiento del problema que tenéis, y una actitud cuidadosamente pensada para ayudar a tu perro.

Conclusión final

Los problemas de conducta como la agresión y la reactividad, no son trastornos cerebrales patológicos, sino que suelen venir de un estado de indefensión o de sensación de poco control con un estímulo que genera inseguridad o miedo. Además, estos problemas no mejoran con la edad, de hecho si no se trata, lo más probable es que empeore.

El plan de trabajo con un perro reactivo, requiere dosis de paciencia, calma y sobre todo, en estar siempre preparado. Te aseguro que valdrá la pena cuando en un futuro camines por la calle con un perro relativamente tranquilo, o por lo menos, algo más estable.

Esa es una gran recompensa en sí misma, un buen refuerzo para ti por ser tan comprometido y responsable con tu perro. (o acaso prefieres esto)

Si esta es la primera vez que estás por aquí, no te olvides de suscribirte al anal de YouTube para no perderte el próximo contenido, y meterle un buen like al video para hacer cada día más visible este proyecto educativo. Por el momento me despido hasta dentro de dos semanas, mientras tanto, sigue entrenando, sigue practicando y sobre todo, sigue aprendiendo con tu perro. Nos vemos en el próximo video. Aguur.

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