Cuando se habla de adiestramiento canino “en positivo”, generalmente se hace referencia a una educación libre de fuerza. O lo que es lo mismo, a métodos educativos libres de castigo o intimidación, ya sea física o verbal hacia el perro. Pero, mas allá de ser un método bien conocido por su uso en la educación canina, lo que muchas personas no saben es que los refuerzos construyen comportamientos, tanto los buenos como los malos.
Así, el término “positivo” está un poco desvirtuado, y más allá de ser una filosofía o concepto ético, relacionado con ser métodos “buenos y amables” también es importante saber que, en el lenguaje científico, específicamente en la ciencia del comportamiento, tiene un significado un poco más preciso que en el uso cotidiano.
En este artículo no solo indagaremos a fondo en el refuerzo positivo, sino que además también te explicaré porque a veces no funciona, que puedes hacer para que eso cambie, y si verdaderamente es un método es eficaz, o no.
Tabla de Contenidos
¿Qué es el Refuerzo Positivo (R+)?
Educar a los perros a través del refuerzo positivo tiene muchos beneficios, especialmente en su comportamiento y su percepción de las cosas. Pero ¿qué es exactamente el refuerzo positivo y cómo se puede utilizar para educar a los perros?
Un refuerzo es cualquier cosa que “aparece” inmediatamente después a una conducta y que hace que aumente la frecuencia o la intensidad de ese comportamiento en el futuro.
En nuestro caso, como educadores o entrenadores, ofrecemos el refuerzo conscientemente para aumentar las conductas que nos gustan y queremos mantener en el tiempo. Pero realmente esto es algo que ocurre de manera natural, igual que existe gravedad. Algo que, aunque no pensamos en ello, pues está ahí.
El refuerzo positivo es un proceso inherente al aprendizaje y ocurre exactamente igual con todas las especies de animales.
Y, si, es verdad, desde luego que un perro no es lo mismo que una ballena. Pero lo importante es saber es que los principios o leyes básicas y naturales del aprendizaje, se aplican en todas las especies, desde escarabajos y pangolines, hasta perros, pingüinos y humanos. Incluso una humilde ameba está bajo la influencia de este tipo de aprendizaje, por muy básico o simple que sea en su comportamiento.
[A ver, que quede claro. Este hecho no está en discusión; se ha demostrado con décadas de investigación en todo tipo de especies. Un entrenador que realmente comprende los principios del aprendizaje puede enseñar o entrenar a CUALQUIER animal.]
Pero, retomando el tema de los refuerzos, estos tiene dos características:
- Primero, es algo que sigue o aparece inmediatamente después a un comportamiento.
- Segundo, los refuerzos aumentan la probabilidad de que esa conducta en particular vuelva a repetirse en el futuro.
Los perros aprenden de la retroalimentación, o feedback, en forma de consecuencias y en base a ellas, deciden si repetirlo o modificarlo en el futuro. Y si, habéis oído bien deciden; este tipo de aprendizaje es consciente, por eso lo llamamos operante, porque el que opera es el propio individuo.
En definitiva, para esto sirven los refuerzos: para construir comportamientos funcionales que ayuden al animal a adaptarse al medio en el que vive.
Positivo y negativo
Ahora bien, la palabra refuerzo suele ir acompañada de positivo (R+) o negativo (R-). Como hemos visto, refuerzo significa aumentar la frecuencia o la intensidad de la conducta.
Positivo y negativo sin embargo, significa añadir o retirar algo. Sumar o restar, como en mates. (esto es parte del aprendizaje operante, y en este cuadrante también están los castigos, pero este video trata del refuerzo positivo. Te dejo una imagen para que veas cómo es el cuadrante del aprendizaje operante.
Pero, veámoslo mejor con un ejemplo. Empecemos con el refuerzo positivo (R+) (os pongo el minuto preciso del video para que podáis verlo sin tener que buscarlo 😉:
- [min 04:02] Aquí estáis viendo un ejemplo muy claro de R+ : le pides a tu perro que haga algo, y una vez que lo hace, lo refuerzas dándole algo que le gusta mucho para aumentar la probabilidad de que lo vuelva a repetir. Este es el más típico, pero fijaros bien en el siguiente ejemplo.
- [min 04:22] En este caso, el “mal” comportamiento del boxer, también se está reforzando. Algo en el entorno está añadiendo algo muy muy reforzante para el. Su conducta: mirar hacia arriba, husmear y poner sus patas sucias encima del mostrador, funciona. Consigue las galletas. Las consecuencias son buenas para el, y por mucho que a nosotros nos parezca un comportamiento desagradable o “malo”, bajo su percepción es una conducta funcional.
Bien, el refuerzo positivo es fácil. Pero, ya que estamos, y aunque no es el tema del video, veamos el refuerzo negativo (R-):
- [min 04:57] Un ejemplo clásico es cuando tenemos a perros que ladran, se abalanzan o gruñen a otros perros (o bicis, o niños, pon la etiqueta que quieras). En estos casos, cuando conseguimos salir de esa situación, o cuando el otro perro o tutor se alejan, son casos de refuerzo negativo (R-), porque el estímulo desagradable o aversivo desaparece. Sale del entorno, y ese incremento de distancia de seguridad, hace que se refuerce todo el comportamiento que ha mostrado previamente el animal.
- [min 05:16] Otro caso típico son perros que muerden manos cuando se les va a acariciar. También obtienen refuerzos, porque a través de una conducta “agresiva” las manos se alejan. Al igual que el caso anterior, se trata de mantener una distancia de seguridad crítica para ese individuo. Os recomiendo pasaros por el video de lenguaje canino para entender mejor todo esto.
- Por último, otro ejemplo súper frecuente, y este es MUY importante que lo entendáis, tiene que ver con la “evitación del castigo”. No me voy a extender mucho porque no es el tema del artículo, pero el refuerzo negativo está relacionado con las conductas de escape o evitación. O dicho de otra manera, cuando se aplican castigos positivos para entrenar, y con la finalidad de evitar ese castigo, se refuerzan de manera negativa las conductas de evitación. Por lo tanto ojito con este tipo de entrenamientos y sus efectos adversos. Tengo otro artículo sobre el castigo positivo si quieres saber más sobre esto.
En resumidas cuentas, todos los comportamientos producen una consecuencia, y cuando esa consecuencia es reforzante para el animal, la conducta se repite, se hace más fuerte y se mantiene durante el tiempo como consecuencia a esos refuerzos.
¿Qué podemos usar como refuerzos?
¿Ahora, que podemos usar como refuerzos para entrenar a nuestro perro?
Muchos propietarios son reacios a utilizar el refuerzo positivo para educar a sus perros porque asumen que no les harán caso el día que no lleven comida encima. Pero este es un concepto erróneo y MUY simplificado que no define para nada la educación en positivo.
Recuerda que para que el refuerzo funcione tu perro debe ser recompensado con algo que, no solamente le guste, sino que sea significativo para él, o ella.
La mayoría de educadores trabajamos con refuerzos primarios, es decir refuerzos necesarios para la supervivencia que no necesitan un aprendizaje asociativo previo.
Ejemplo de refuerzos primarios serían:
- la comida
- agua
- todo lo relacionado con conductas reproductivas
- Y algo importantísimo que muchos educadores olvidan mencionar, es el control o la toma de decisiones (que básicamente para eso sirve el comportamiento, para controlar el entorno)
En este grupo, nuestras principales herramientas son la comida y, por supuesto, la toma de decisiones.
Pero en realidad el refuerzo puede ser cualquier cosa, siempre y cuando el perro la encuentre agradable. De modo, que el refuerzo podría ser también:
- afecto
- palabras agradables
- juego (tira y afloja, pelota…)
Todo esto son refuerzos secundarios, porque al contrario de los primarios, necesitan una asociación o aprendizaje previo para poder usarlos.
El problema con el juego es cuánto tiempo puede llevar jugar al tira y afloja, o a lanzar y recibir una pelota, en comparación con el tiempo que tarda un perro engullir un pedazo de pollo. Eso sin tener en cuenta que el juego aumenta la excitación, nada recomendable a la hora de trabajar con perros reactivos o muy excitables.
Por eso, en la práctica, la comida o la toma de decisiones funciona mejor especialmente la comida a la hora de trabajar habilidades: a todos les gusta y puedes entregarla muchísimo más rápido, sin cortar el ritmo de trabajo.
Pero, ¡yo lo he probado y no funciona!
Si después de todo estos estás pensando, «bah, que tontería… ¡Yo ya lo he probado y te aseguro que con mi perro, no funciona!»... Hay varias razones posibles:
- Si el principal problema es que tu perro no acepta la comida debes saber que lo más común en estos casos es que tu perro esté sobrepasado por el estrés de la situación. A esto lo llamamos superar el umbral de respuesta, y en estos casos es interesante probar un escenario o entorno diferente donde se sienta más relajado o tranquilo para poder trabajar.
- Ahora, si el problema de la comida persiste, quizás se debe a que no le motiva el tipo de comida, especialmente cuando se encuentran en situaciones nuevas o inciertas. Prueba con algo de mayor valor, como un poco de carne, pollo, queso o golosinas más blandas y húmedas en vez de galletas secas.
- Otro escenario clásico es no utilizar el refuerzo adecuado para motivar al perro, porque dependiendo de la circunstancias quizás tu perro espere otro tipo de refuerzo, como salir por la puerta, o llegar donde otro perro.
- Por otra parte, quizás no estas reforzando con la suficiente rapidez. Por ejemplo, si le pides a tu perro que se tumbe, y cuando llega el refuerzo ya se ha levantado, estarás reforzando el comportamiento incorrecto. Pásate por el video 5 habilidades críticas que debes enseñar a tu perro para saber cómo funciona el sistema de marcadores.
- Otra cosa habitual es exigir demasiado. O dicho de otra manera, tendemos a ponérselo muy difícil, especialmente en las primeras etapas de aprendizaje. Es muy común pensar que el perro ha aprendido el comportamiento que estamos enseñando cuando sólo se ha practicado una o dos veces. Pero piensa el tiempo que lleva aprender a tocar un instrumento, o un deporte nuevo. Necesitas practicar y entrenar, igual que tu perro. ¡pónselo fácil para empezar!
- Y hablando de práctica, recuerda ir aumentando las distracciones y el nivel de dificultad muy lentamente. El hecho de que tu perro sepa sentarse en la cocina cuando no hay otros estímulos no significa que todavía pueda sentarse en el parque donde hay otros perro s, niños con pelotas y bicicletas, o palomas revoloteando por ahí. ¡Eso es un salto cuántico en dificultad!
Todas estas son cosas que debes valorarlas, y por supuesto, ser constante y trabajarlas. Pero, como decía al principio, la educación canina es una actividad especializada, requiere años de estudio y de práctica, ¡y no hay de qué avergonzarse si tienes dificultades!
Es posible que debas pedir ayuda a un educador especializado en conducta, y eso no es malo. Eso sí, debido a que es un oficio no regulado, asegúrate de elegir bien la persona con la que trabajes (te dejo otro artículo relacionado para que sepas elegir bien: tu perro no necesita adiestramiento canino) y después elegir a alguien que esté bien cualificado y trabaje, como no, a través de métodos positivos.
¿Cómo de efectivos son estos métodos?
Lo prometido es deuda, y como he dicho al inicio, en este último punto voy a hablar de cuánto de efectivos son estos métodos.
Diferentes estudios realizados a lo largo del tiempo, evidencian resultados sorprendentemente simples: en general, los perros entrenados en base a técnicas basadas en castigos, ya sean SOLO castigos, o bien métodos mixtos (refuerzos y castigos), tienen más probabilidades de exhibir conductas problemáticas.
Una de las razones por las que ocurre esto, tienen que ver con que el castigo genera estrés, miedo, frustración e incluso agresividad. O dicho de otra manera, general emociones negativas. Como ya he dicho antes, los métodos basados en castigos funcionan porque al mismo tiempo es muy reforzante para un animal evitar el castigo (recuerda, refuerzo negativo)
Además, y por si fuera poco, muchos perros asocian al tutor como causa del castigo, y por lo tanto, otra de las consecuencias, que afecta de manera negativa a la relación entre humano-perro.
Sin embargo a través del refuerzo, es el perro quien decide qué hacer, o no, basándose en las consecuencias de sus acciones, sin el uso de la fuerza. De esta manera, la confianza que hay entre los dos no se ve dañada por un trabajo basado en la intimidación o el miedo.
En conclusión
Como verás, el refuerzo positivo va mucho mas allá de lo que algunas personas piensan. No es tan sencillo como dar chuches al perro, y ya está. Todo esto, tiene un trasfondo y una base bien solida por supuesto, basado en la ciencia.
Por lo tanto, si el refuerzo positivo no te está funcionando es porque no lo estás aplicando correctamente. Y argumentar en contra, es lo mismo que decir que la gravedad no funciona con… que se yo, con un oso polar… No tengas dudas, el refuerzo positivo es eficaz, seguro y sobre todo, un método imprescindible para educar a tu perro.
Espero que este video te haya proporcionado información suficiente para animarte a usar estos métodos libres de fuerza para entrenar a tu perro.
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Por el momento me despido, y como siempre, sigue entrenando, sigue practicando y sobre todo, sigue aprendiendo con tu perro. Nos vemos en el próximo video. Aguur!