5 habilidades críticas que debes enseñar a tu perro

Son muchas las personas que desean enseñar a su perro habilidades imprescindibles como acudir a la llamada, caminar al lado o tumbarse cuando se lo piden. Todas estas cosas, por supuesto, son importantes y cualquier perro debería aprender a hacerlas. Pero, también es cierto, que son cosas que podemos enseñarles a hacer en cualquier momento de su vida, sea cual sea su edad.

Sin embargo, hay 5 habilidades críticas que NO están relacionadas con la obediencia, y que te aseguro, cambiarán la relación que tienes con tu perro. ¡Veamos cuales son!

Un nuevo canal de comunicación

Esto es algo a trabajar de manera urgente. De hecho es lo primero que enseño a mis clientes porque, todas, absolutamente todas las relaciones, ya sean tus padres, pareja, familiares o amigos, están basadas en una buena y sana comunicación. Y en esta lista por supuesto, también está incluido tu perro.

Estos diálogos y conversaciones son bidireccionales, es decir que fluyen en ambos sentidos. En todas las conversaciones hay un emisor, un mensaje, y un receptor. Pero, imagina por un momento una conversación que fluye solo en una dirección. Que tu mandas mensajes pero que nadie los responde.

Eso te generaría algo de frustración y malas sensaciones, ¿verdad? A nadie le gusta no sentirse escuchado. Desgraciadamente, esto es lo que les pasa a muchos perros en si día a día.

Una buena manera de saber si este es uno de los problemas en vuestra relación es preguntándote ¿Cuántas veces, o cuanto tiempo, practicas la “escucha activa” con tu perro? Y si te das cuenta de que tu perro te presta más atención e intenta comprenderte, más tiempo del que tu intentas escucharle, eso es una bandera bien grande y roja. Si las conversaciones no son bidireccionales, entonces debes poner MUCHO empeño en este punto.

Para crear un buen canal de comunicación, debes aprender a usar un marcador de eventos

Este marcador es una herramienta super efectiva que comunica al perro: “¡exacto, justo acabas de hacer lo que quiero que hagas!” y utilizamos palabras clave como “bien” o “si”.

Pero OJO: estas palabras no son exactamente para animar ni elogiar al perro, sino que son unas palabras mucho más específicas que ayudan a marcar comportamientos concretos que DESPUÉS deberemos reforzar. Es decir, primero pedimos o esperamos a que haga algo, después marcamos, y por último reforzamos.

Este sistema de marcadores no es nuevo mundo del entrenamiento de animales. Quizás alguno de vosotros conozca el clicker por ser los más conocidos (pausa) , pero también se utilizan otros elementos como silbatos (pausa), objetos diana (pausa), o simplemente un gesto.

El concepto es el mismo, y en nuestro caso puedes usar la palabra que tu quieras pero, lo que debes tener siempre presente es que este marcador, le indica al animal que algo MUY bueno (el refuerzo) está por llegar. Puede ser en forma de comida, de juego, evento, o cualquier otra cosa que le guste.

Atención y concentración

Para mí, una de las cosas prioritarias en las que se debe enfocar la “obediencia” es en la atención y en la concentración que consigue prestar el animal, sea en el entorno que sea.

La atención y la concentración son dos procesos esenciales en la vida de cualquier animal.

  • La atención se refiere al enfoque que tiene hacia los estímulos del entorno a través de los sentidos.
  • La concentración sin embargo es la capacidad de mantener la atención hacia ese estímulo u otra actividad durante un período prolongado de tiempo.

Lo cierto es que absolutamente todos los perros son capaces de prestar atención y concentrarse. Otra cosa es que lo hagan hacia las cosas que realmente a ti, como humano responsable, te interesa. Por lo tanto, si tu perro en la calle hace mas caso a otros perros, u otros estímulos que a ti, deberías de pararte a pensar que es lo que está pasando.

Por ejemplo, cuando trabajamos con un cachorro o con perros con poca capacidad de enfoque, es normal que a veces se distraigan con cosas que suceden a su alrededor y que, como suelo decir a mis clientes, “se pierdan”.

Cuando esto ocurre, lo ideal es:

  • Dar un paso atrás,
  • Observar el panorama y la situación,
  • Pensar ¿Qué está ocurriendo alrededor que capta la atención de mi perro?
  • ¿Qué cambios puedo hacer para cambiar el escenario?

Nuestra labor como educadores es gestionar las situaciones SIEMPRE de la manera más favorable para que surja la concentración del cachorro o perro con el que se esté trabajando.

En definitiva, la atención y la concentración son otra conducta más, como sentarse o tumbarse cuando se lo pides. Es decir, es algo que puede trabajarse.

Además, hay ciertos comportamientos que están ligados a la atención, como mirarnos o reorientarse hacia nosotros que se pueden reforzar. El perro aprende a prestar atención, y luego se van añadiendo otros factores, como generalizar esa conducta en otros lugares con más y más estimulación.

La gran diferencia entre esta conducta frente a las demás es que sin atención difícilmente sucederán las otras. Es decir, un perro jamás se sentará o se tumbará cuando se lo pidas si no sabe prestar atención y se distrae con facilidad. Por lo tanto, y sin duda alguna, esta es una de las llaves maestras que abren la puerta hacia el aprendizaje.

Aunque hay muchísimos juegos que pueden ayudarte a enseñarle a prestar atención, puedes empezar en casa o en lugares con poca estimulación, reforzando conductas como mirarte o reorientarse hacia ti. Empieza con juegos sencillos y cuando se convierta en un experto, generaliza esas conductas en otros lugares.

Como veras esto supone un cambio de enfoque. Cuando el perro aprende a prestar toda su atención al humano, consigue las cosas que tanto desea.

Conductas estándar y control de impulsos

Las conductas estándar son comportamientos que después de reforzar cierta cantidad de veces, acaban “apareciendo” de manera automática para conseguir cosas.

Estos comportamientos NO se señalizan, ni se piden. Simplemente esperamos a que ocurran y los “capturamos” a través de, un MARCADOR, y su consiguiente refuerzo.

Es decir que, al reforzar de manera frecuente una conducta determinada, como un sentado, el perro empezará a hacerla, aunque no se la haya pedido, para ver si sigue “funcionando”. A la larga, y si este historial de refuerzos es grande y consistente, el perro acabará integrando estos comportamientos en su lista de conductas estándar.

Estas conductas, si se trabajan de manera solida, les proporciona una herramienta para comunicarse con nosotros y es el primer paso para el aprendizaje del autocontrol, también llamado control de impulsos.

También es el comienzo para que aprenda que recursos están o no disponibles: los perros que generalizan y utilizan de manera frecuente conductas estándar obtienen refuerzos, revoltosos e indisciplinados sin embargo, no las tienen.

Principio de Premack

Todo esto está MUY relacionado con el principio de Premack, que obviamente, lleva el nombre de quien lo formuló. “Si quieres comerte el postre, primero deberás comerte las verduras”. ¿Os suena esta frase? Si, la típica frase que llevamos escuchando toda la vida de nuestras madres y abuelas.

Ese es el principio de Premack: la idea de que comportamientos de alta probabilidad o apetecibles como comer tarta, pueden usarse para reforzar otros comportamientos de menor probabilidad o menos apetecibles, como comer verdura.

O en otras palabras, hacemos que aumenten las ganas de realizar comportamientos poco probables como sentarse en vez de saltar sobre nosotros, reforzándolos con cosas mas apetecibles o positivas como por ejemplo, un pedazo de pollo. 1º

El refuerzo puede ser cualquier situación o actividad que al perro le guste. Eso si, recuerda utilizar sabiamente los refuerzos y aplicarlos de manera contigua o inmediata, en el siguiente orden: PRIMERO lo menos probable, SEGUNDO lo más probable o reforzante. (si te comes primero el postre, ¿Quién va a querer el brócoli?)

Algunas veces los humanos intentamos controlar todo e intentamos imponer un montón de normas y límites sin nada a cambio. Pero, como veréis, este método de trabajo tiene que ver con cooperar más que en controlar o dominar. Y aquí Premack encaja perfectamente. Conseguimos un bucle infinito de retroalimentación que conecta un montón de refuerzos, en forma de comida o actividades, con el hecho de prestarnos atención y cooperar con nosotros.

Eso si, estas “no órdenes” no necesariamente deben ser sentarse o tumbarse. De hecho, podemos dejar que sean ellos quienes elijan lo que prefieren hacer. Lo más importante para enseñarles cualquier nuevo comportamiento, sea nuevo o no, es APRENDER a esperar a que el perro haga por sí mismo lo que estamos buscando, marcarlo, y por supuesto, reforzarlo.

En resumen: cuanto más fuerte es una conducta estándar, más fácil le resultará a tu perro sustituirlas por otros comportamientos. La idea principal es enseñarle al perro que, para conseguir lo que quiere, tiene que aprender a controlarse y comportarse correctamente. Nuestra labor, simplemente, es capturarlo.

Protocolo de relajación

Y hablando de retroalimentación, el tercer punto es el protocolo de relajación desarrollado por la doctora Karen Overall en su libro “Manual de medicina clínica y conductual”. Esta es una metodología que ayuda al perro a aprender a calmarse y a permanecer relajados, en vez de reaccionar constantemente a situaciones que van aumentando de intensidad.

En realidad el concepto es mucho más amplio que lo que voy a describir aquí. Overall lo llamo biofeedback, pero en términos generales, este protocolo les ayuda a entender que ES importante estar relajados, y a sentirse bien por ello. Se trata de pequeños sets de ejercicios que van progresivamente aumentando en intensidad y distracciones en el que se refuerza al perro a estar relajado, preferiblemente tumbado.

Ojo, la clave de esto no es practicar una posición de obediencia para que el perro se quede como una estatua en el lugar en el que estamos trabajando. La magia de esto está radica en reforzar progresivamente un estado de relajación, y hay saber trabajarlo ayudándole a dar pequeños pasos para llegar a ese punto de “descompresión” que buscamos.

Es decir, se trata de que aprendan a que haciendo ciertas cosas pueden sentirse bien, por ejemplo yendo a un lugar específico, como a su camita, o tumbarse de una determinada manera, por ejemplo encima de su cadera, que es una postura típica que adoptan cuando están relajados. ¡Incluso se pueden reforzar respiraciones de calma para que se auto relajen!

En definitiva, les enseñas a que estén de alguna manera atentos a esas pequeñas cosas que les ayudan a relajarse y calmarse.

Programas de trabaja para comer

La última cosa imprescindible que tienes que enseñar a tu perro es a resolver problemas tipo puzles.

A nivel cognitivo y resolutivo hay un proceso llamado de “prueba y error”, donde los animales probamos algo y, si no funciona, seguimos intentándolo hasta resolver el problema. O lo que es lo mismo, modificamos nuestro comportamiento para conseguir dar con la clave con la que conseguir el refuerzo. Lógicamente, dentro de este proceso, fallar es una de las opciones, y esto está muy relacionado con el forrajeo.

En etología, el término forrajeo significa trabajar para conseguir alimento a través de exploración y la búsqueda. Es una necesidad instintiva de todos los animales, incluidos los perros. Se calcula que el forrajeo tiene un 70% de tasa de error, por lo tanto ¿quién querría seguir trabajando teniendo una tan mala expectativa de éxito?

Curiosamente la madre naturaleza ha hecho que la búsqueda de comida sea una experiencia estimulante y motivadora per se y, por lo tanto, usar siempre un plato para dar de comer a los perros, les priva de fomentar actividades relacionadas con ese momento de “trabajar para conseguir comida”.

Por eso, muchos perros una vez acaban de comer, se pasan el resto del día buscando actividades que cubran esa necesidad. Por supuesto, en esa búsqueda de actividades, aumentan MUCHÍSIMO las probabilidades de que aparezcan comportamientos poco deseables: pueden volverse reactivos, hiper excitables, robar comida, mordisquear cosas que no deben y otro montón de cosas que seguro nadie desea.

Ojo, no malinterpretéis lo que pretendo decir: los proyectos de “trabaja para comer” no resuelven mágicamente los problemas de conducta, pero aumentando el enriquecimiento en su entorno inmediato, hace que los métodos de entrenamiento añadido sean más efectivos.

En definitiva, fallar es una parte natural del comportamiento animal, y eso está bien porque al mismo tiempo aumenta la motivación de conseguir ese alimento que tanto necesitan para sobrevivir a través de prueba y error. De echo precisamente fallar, es lo que les empujará a seguir trabajando para dar con la solución al problema que se presenta.

¿Cómo añadir estos programas de enriquecimiento en su día a día?

Primero, y antes de nada, si estos trabajos son nuevos para tu perro, asegúrate de empezar con juegos super sencillos para evitar que tu perro se frustre. La intención de todo esto es estimular la mente a través del olfateo y en general, mejorar el estado y la salud mental de tu perro. Por lo tanto lo interesante es que ADORE este tipo de trabajos para conseguir comida.

  • Comederos tipo laberinto: típicamente diseñados para perros que comen en décimas de segundo, también ayudan a fomentar actividades de enriquecimiento. Si tu perro devora la comida, usar este tipo de comederos son una gran idea porque les complica alcanzar la comida.
  • Juguetes huecos o rellenables: hay muchísimos tipos y marcas, entre ellas los Kongs son los más conocidos, pero yo adoro los de la marca Pet Safe, como el Squirrel Dude o el Twist And Treat, también me gusta el Bob a Lot – y en general, la marca West Paw, entre otros el Toppl.
  • Otras alternativas mas económicas: toallas enrolladas, bolsas y/o cajas de papel, hueveras, un molde de magdalenas con pelotas de tenis, o simplemente esconder comida entre diferentes cosas que tengas por casa, son alternativas bien enriquecedoras y baratas para entretener y estimular la mente de nuestro perro.
  • Puzzles: aunque no los menciono en el video, los juguetes tipo puzzles o resolutivos son otra buena manera de hacerles dar al coco. Mis preferidos son los de Nina Ottosson, que tienen de diferentes niveles. ¡Busca el mas apto para tu perro!

Recordad que debéis acompañar y supervisar este tipo de juegos, no solamente para aseguraros que no se atraganten con nada sino porque también es interesante saber en que nivel de tolerancia se mueve tu perro. Para aquellos que se frustran con demasiada facilidad, deberéis hacer juegos mas sencillos.

Todos estas actividades que les ayudan a superar obstáculos y barreras, les hace pasar al modo “trabajo” y esto nos ayuda en los programas de modificación, no simplemente para combatir el aburrimiento, sino también como ayuda extra para bajar los niveles de estrés en los perros con problemas serios.

De modo que ya sabes: no pierdas más tiempo y empieza a pensar como será el juego de hoy. No tienes excusa.

Y ahora, preguntas para ti…

¿De estos cinco puntos de los que he hablado, cuantos de ellos practicabas ya con tu perro? ¿Cuál de ellos no te habías planteado hasta ahora? O mejor aún, ¿Cuántos d ellos empezaras a poner en práctica para mejorar la calidad de vida de tu compañero?

Te dejo recursos y enlaces variados en la descripción. Si te ha gustado el video, o el artículo, y si te parece que este contenido de este proyecto es valioso para mejorar las relaciones entre perros y humanos, métele un buen un like al video, suscríbete al canal o comparte entre familiares y amigos este proyecto. ¡Nos vemos!

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