La protección de recursos es una conducta normal en perros

La protección de recursos es una conducta normal en perros

La protección de recursos es una conducta normal en perros

¿Tu perro gruñe y enseña los dientes si te acercas mientras rumia algo? ¿Se pone tenso si intentas quitarle un juguete u otro objeto que tenga entre las patas? ¿O quizás, come muy rápido y se queda estático si te acercas a su plato de comida?

Si la respuesta es ¡SI!, debes saber que tu perro muestra conductas relacionadas con la protección de recursos, y lo hace con la intención de desanimar o disuadirte de que le quites eso que considera tan importante. Este tipo de conductas son muy útiles para perros que viven en la naturaleza pero, no son buenos modales para los peludos que comparten su vida con una familia, ¡especialmente si hay niños en casa!

Diseccionando la protección de recursos

La protección recursos , a veces conocida como agresión por posesión, ocurre cuando un perro siente la NECESIDAD de controlar algo muy importante, a través de un lenguaje corporal defensivo o posesivo. O, dicho de otra manera, es un perro que muestra comportamientos destinados a convencer a otros perros o humanos de que se mantengan alejados de un tesoro o recurso en particular.

Este tipo de conductas suelen ocurrir con comida, juguetes, zonas o espacios de la casa donde se sientan cómodos o protegidos y, también puede pasar con cualquier otra cosa que sientan necesidad de proteger, ¡incluidos los humanos!

Así, la finalidad de esta conducta, es la de intimidar o desanimar a otro perro o persona, de acercarse a su zona o coger un objeto que tiene en su posesión. Y, aunque a los fieles amantes de los perros nos cueste creerlo, es un comportamiento relativamente común, frecuente y normal, en la genética de cualquier perro, ya que es un mecanismo o instinto natural de adaptación al entorno, imprescindible para la supervivencia.

La protección de recursos, especialmente por la comida, es frecuente en perros
No solo los perros: los lobos también muestran protección de recursos, es algo natural para ellos

¿Qué desencadena la protección de recursos?

Los perros han evolucionado como “tragones oportunistas”, y es natural para ellos proteger lo que consideran «suyo» de posibles competidores. La explicación a la protección de recursos en los perros podemos encontrarla en la naturaleza, donde proteger el acceso a recursos valiosos y limitados como las sobras de comida, se vuelve extremadamente importante a la hora de garantizar la supervivencia.

Este tipo de comportamientos tienen un:

  • componente genético, esto hace que algunas razas estén más predispuestas a mostrar estas conductas que otras.
  • historial o experiencia previa, que también juega un papel importante a la hora de ganar o perder el recurso en cuestión. Cuantas más veces gano el recurso, más veces se refuerza el comportamiento. Así, tanto factores internos como externos influyen muchísimo, y el resultado es una interacción compleja entre ambas partes.

¿Porqué sienten la necesidad de proteger cosas que NO son limitadas ni prioritarios para su supervivencia?

Entre perros, parece razonable dejar claro que esta pelota ES MI pelota y, en este caso, pueden ser comportamientos que suceden de manera ‘relativamente’ natural. Sin embargo, el problema se vuelve más complejo cuando entran en escena los humanos ya que desgraciadamente a veces son las propias personas las que enseñan a los perros a proteger SUS recursos. Los perros equilibrados no ven al humano como un posible competidor de recursos, porque saben, que tarde o temprano obtendrán otro beneficio.

Si tu perro tiene un hueso (o el plato de comida, o una pelota, o un paquete de pañuelos…) y se lo quitas, APRENDE a que PUEDE PERDER cosas valiosas si NO hace algo. De esta manera, la próxima vez intensificará sus señales para proteger ese recurso y, si lo consigue, en su cabeza las ‘victorias tempranas’ habrán cumplido su función. Y así, poco a poco en las siguientes ocasiones, será mucho más probable que actúe repitiendo ese mismo patrón por haber sido reforzado y, en el caso de que no tenga efecto, irá incrementando la intensidad hasta conseguirlo. Por esta razón este tipo de conductas tienden a agravarse generalizarse de manera bastante rápida.

¿Cómo “se ve” la protección de recursos?

La protección de recursos en perros, puede desarrollarse a cualquier edad y puede involucrar casi cualquier cosa que el perro considere valiosa (esto lo “dictamina” el perro, no el humano)

Algunos perros controlan lo que tienen entre las patas (un juguete o un hueso, por ejemplo) o, específicamente cuando están comiendo. Otros guardan y vigilan juguetes o golosinas en su entorno general, incluso cuando no parecen muy interesados en ellos. Algunos perros protegen el espacio, como el sofá o la cama. Y, otras veces, parece que protegen el espacio, pero resulta que tienen escondido un juguete o un cacho de pan justamente en esa zona.

La protección de recursos también puede variar en severidad, desde el perro que simplemente se mueve a otro lugar con un juguete, hasta el perro que gruñe, se pone tenso o muerde si se le acercan. Además, el comportamiento de guarda a veces puede escalar a través de estos niveles cuando un perro percibe una amenaza cada vez mayor (¡OJO cuando se ignoran y/o no se respetan estas señales!). Las conductas de nivel más bajo (por ejemplo, levantar los labios o gruñir) son simplemente advertencias. No castigues a tu perro por estas advertencias, o podría dejar de advertir y pasar directamente a un comportamiento más agresivo, como morder.

Las conductas relacionadas a la protección incluyen:

  • Gruñir
  • Enseñar los dientes
  • Lenguaje corporal tenso
  • Comer de manera frenética
  • Mirar muy fijamente
  • Inclinarse, o proteger con el cuerpo, el recurso
  • En última instancia si no se respeta lo que intenta decirnos: morder

En la mayoría de casos, la protección de recursos comienza y/o se produce de una manera muy sutil, a veces incluso de manera imperceptible hasta que ocurre. Por ejemplo, un perro que siente la necesidad de proteger una chuche super rica de cualquiera que se le acerque, puede recogerlo y llevárselo a otra habitación. O, al contrario y de manera más obvia, también podría ponerle una pata encima, y lanzarnos una mirada de ‘ni se te ocurra acercarte’.

A este tipo de comportamientos pocas veces se les da importancia y, son escasas las personas que se preocupan por ello. Obviamente es algo que no habría que dejarlo pasar por alto ya que con el tiempo, tienden a volverse mucho más graves.

¿Cuándo es un problema la protección de recursos en los perros?

Las señales de advertencia como gruñidos y un lenguaje corporal tenso, es la forma que tiene el perro de decir: “¡Retrocede! Esto es mío y no tengo intención de renunciar a ello”.

En la mayoría de los casos, la protección de recursos que involucra a dos perros, simplemente es una secuencia de comunicación donde uno de ellos protege el recurso, y el otro (después de más o menos insistencia) retrocede, y cede el recurso. La situación se resuelve rápido y sin conflictos. Sin embargo, si uno de los perros muestra señales de estrés o sabes que acabará en agresión. Deberás retirar cualquier cosa de valor potencial cuando ambos perros estén juntos. Puedes usar espacios separados o barreras físicas como puertas o vallas para bebes para evitar conflictos.

Dicho esto, la protección de recursos puede ser (y acaba siendo) un problema grave si un perro amenaza con morder a su familia humana cuando intenta quitarle algo. A los perros hay que enseñarles a estar dispuestos a renunciar a cosas que preferirían conservar, como una bolsa de plástico o el hueso del pollo, principalmente por su propia seguridad.

La protección de recursos es una de las principales causas de agresión hacia los humanos, especialmente hacia los niños más pequeños de la casa (generalmente llevan juguetes y/o comida a una altura donde el perro pueda llegar fácilmente). Además, es poco probable que un niño comprenda la importancia de respetar las posesiones del perro y es probable que las cojan pesa a lo que le comunique el peludo. Además, su altura hace que las mordeduras se produzcan a menudo en la cara o en la parte superior del cuerpo, lo que provoca lesiones mucho más graves. Por esta razón es importante que NUNCA se deje a un niño solo con un perro. Si hay recursos, el niño y el perro deberán estar separados por una barrera, incluso si hay un adulto presente.

¿Qué puedo hacer?

Ahora ya sabemos que algunos perros se ponen nerviosos cuando tienen miedo a perder algo que valoran mucho. Con esto en mente, parece razonable pensar que la mejor manera de prevenir la protección de recursos en perros es enseñándoles a tolerar o entender, que no pasa absolutamente nada cuando un humano se acerca a quitarle algo, ¡por muy importante que le parezca!

Lo importante para invertir esta conducta, es hacer trabajos en los que cambiemos ese estado emocional de inseguridad de perder algo valioso, a otro estado más positivo en el que el perro asocie que el acercamiento de los humanos es SIEMPRE para cosas buenas.

Como de costumbre en todos mis artículos y/o clases, os animo a que practiquéis la PROACTIVIDAD, es decir, ¡NO ESPEREIS a tener un problema para trabajar y entrenar con vuestros perros! A continuación os propongo algunos ejercicios que podéis trabajar con frecuencia ANTES de que lo necesites (¡ojalá sea nunca!)

Ejercicios para la prevención de protección de recursos

  • Cuando el perro esté comiendo o masticando un hueso, chuche de larga duración, o un juguete, pasa junto a él sin hablarle ni hacer contacto visual y, ocasionalmente, deja caer un pedazo de comida MUY especial, como un trozo de pollo o carne, junto entre sus patas o en su plato. Esto le enseñará que los humanos que se acercan a su comida no son una amenaza, ¡sino algo realmente bueno! Esto es especialmente útil cuando traes un perro a tu casa por primera vez y todavía no os conocéis mucho.

  • Elige una palabra o frase como «suelta» o «suéltalo» para usarlo como señal de liberación cuando quieras que tu perro renuncie a algo que tiene o pretende coger. Consigue algo que le interese a tu perro, sin que tenga un gran valor. También necesitarás algunas delicias realmente deliciosas (queso cortado en cubitos, salchichas, lo que sea que le guste a tu perro). Utilizar alimentos también tiene la ventaja de permitirte practicar este ejercicio varias veces seguidas. Asegúrese de que todos en su hogar utilicen la misma señal.

  • En una habitación o en el jardín, comienza a caminar. Cada vez que te acerques a tu perro, di «suelta» (o cualquier palabra/frase que hayas elegido), lanza un montoncito de comida y aléjate. Continúa este paso hasta que tu perro esté esperando ansiosamente la palabra clave.
    • A continuación, dale al perro un juguete de bajo valor. Continúa moviéndote por la habitación, diciendo la frase mágica y dejando caer comida cada vez que te acerques a tu perro, luego aléjate. Una vez que el perro deje caer el juguete fácilmente cuando te acercas, comienza a cogerlo después de que lo haya dejado caer, una vez hayas lanzado el montoncito de comida. Devuélveselo SIEMPRE después de que haya de comer las chuches. Repite poco a poco con cosas de mayor valor. Recuerda coger el juguete con indiferencia, sin hablar y sin hacer contacto visual. No intentes hacer correr a tu perro hacia el juguete ni mucho menos quitárselo cuándo pienses que está distraído. Y si es de los que corren inmediatamente hacia el juguete, lanza la comida lejos para tener margen de maniobra. Vuelve a reducir el valor del juguete y continúa practicando un poco más antes de volver a aumentar el valor del juguete.
    • Es un buen método, pero hay que trabajarlo hasta que ofrezca conductas de las que puedas fiarte al 100%. Recuerda ir incrementando el nivel de trabajo poco a poco, y trabajar SIEMPRE en un nivel adecuado para tu perro. Si ves que le cuesta, reduce el nivel del ejercicio.

  • Si hay alguna cosa específica que tu perro guarda (un peluche o una pelota de tenis favorita), este objeto estará «prohibido» hasta que tu perro aprenda a compartir sus tesoros de manera voluntaria. Pon el objeto fuera de la vista, y cuando hayáis trabajado lo suficiente y aprenda el «suelta» con objetos de menor valor, entonces… y sólo entonces… se le permitirá practicar primero con su objeto «especial» y luego tener acceso a él de forma regular. El mismo principio se aplica a los lugares. Si tu perro guarda el sofá, modifica el entorno o ponle una correa para que tu perro no tenga acceso al sofá. Si es tu cama, no permitas que tu perro entre en el dormitorio, puedes usar vallas para bebes como gestión de entorno.

  • Algunos perros a veces tienden a proteger determinadas personas de la casa y solo lo hacen en determinados lugares. Por ejemplo, es muy frecuente que las razas toy protejan el regazo de “su” persona (si, como un objeto). Este es un comportamiento instintivo y natural de este tipo de perros, ya que fueron criados selectivamente para pasar la mayor parte del tiempo en el regazo de un aristócrata y alertarlo de la presencia de otros mediante ladridos.

  • Si tu perro está protegiendo a una persona, puedes cambiar sus emociones con respecto a ese acercamiento haciendo que esa persona pase y le arroje suavemente algo de comida hiper rica. Cuando esto se repite una y otra vez desde diferentes ángulos, etc., el perro aprende a asociar positivamente el acercamiento de las personas con cosas buenas.

  • Otra técnica sería enseñar a tu perro a estacionarse, es decir, ir a una alfombra para recibir una recompensa cada vez que alguien se acerca a “su” persona. Enseñar a un perro a dejar de proteger el espacio a menudo requiere una técnica más matizada y se debe contactar con un educador o asesor de conducta especializado-a.

¿Y qué pasa si mi perro ya es un guardián enfurecido de recursos?

Si tu perro protege de manera agresiva los recursos, especialmente si te ha hecho sentir inseguro o si tienes niños en casa, DEBES ponerte en contacto con alguien que SEPA como trabajarlo, de inmediato. Si bien la protección de recursos es una conducta bastante frecuente en perros, puede convertirse en un problema grave y potencialmente peligroso tanto para otros perros como para las personas. Muchas mordeduras, ocurren como resultado de la protección de recursos, por lo tanto, mejor que mantengas a tu perro y a tu familia seguros y buscar ayuda profesional para abordar este problema.

Si alguna vez te han recomendado…

O incluso has visto en la televisión o internet, que pongas la mano en el plato de comida, o que pises el recurso en cuestión, y lo protejas con tu cuerpo, ¡NO SIGAS ESTOS CONSEJOS!

Desgraciadamente, con este tipo de métodos, es mucho más probable que ocurra la agresión en vez de prevenirlo. Desde el punto de vista del animal, estas acciones son molestas y, con el tiempo, lo único que se les enseña es a ser mas agresivos con su comida ya que, si no actúan, pierden recursos. En el fondo es una cuestión de inseguridad y desconfianza hacia el humano, y eso no es interesante a la hora de forjar relaciones saludables.

Compartir la vida con un peludo que permite que cualquiera le quite algo de la boca, es bastante fácil, pero eso es mucho pedir incluso al perro más dulce del planeta. Por naturaleza es ‘normal’ que protejan las cosas que creen que son importantes para ellos. No debemos caer en la creencia de que todos los perros son encantadores y que SABEN hacer todo bien, todo el tiempo.

Si tu perro tiene la necesidad de proteger recursos, haz lo mismo que haces cuando tienes que arreglar el cableado eléctrico de casa: contacta con un profesional. Busca un educador que te ayude a entender cómo usar el contracondicionamiento antes de que tu perro haga daño, y sobre todo, no uses nunca (NUNCA) ninguna técnica basada en castigos hacia tu perro o, lo único que conseguirás será ¡agravar el problema!

Puntos clave para recordar

  • La protección de recursos en perros, es un comportamiento natural que DEBE gestionarse para que no se convierta en una conducta agresiva.
  • Prevén el desarrollo de comportamientos inapropiados reforzando las conductas deseables. Aprovecha la oportunidad para crear asociaciones positivas entre personas y recursos.
  • Una buena estrategia de gestión de entorno evitará que tu perro obtenga cosas que no debería. Cierra las puertas, pon algo encima del cubo de la basura si es que la abre, y mantén el cesto de la ropa sucia (y los calcetines) fuera de su alcance.
  • Resiste la inercia de perseguir a tu perro cuando tenga “un tesoro”. La persecución es un refuerzo y le enseña a tu perro que robar atrae atención y juego. Mejor que cojas el hábito de cambiar “tesoros” por cosas que le gusten mas.
  • Cuando le enseñes a tu perro un “suelta” o “déjalo”, comienza con elementos aburridos y vete aumentando gradualmente la exigencia del ejercicio hasta llegar a otros objetos más valiosos.
  • Asegúrate de que lo que “intercambias” sea más valioso que lo que le pides a tu perro que deje/suelte.
  • Nunca golpees, asustes, amenaces o engañes a tu perro para obtener algo de él, incluso si gruñe o agrede. Él te está pidiendo que “retrocedas” y ese es un mensaje (comunicación) de advertencia que QUIERES que él pueda expresar. Los perros que son castigados por gruñir pueden dejar de gruñir y pasar directamente a morder.
  • Si vives en una multi-familiaperruna, y uno o más son protectores de recursos, dales de comer, las chuches o los juguetes en diferentes espacios separados por una barrera de seguridad, como una valla para bebés, una cerca, una jaula o una puerta cerrada. Evita las sorpresas y minimiza los posibles problemas al máximo.
  • Nunca dejes solos a un niño y a un perro bajo ningún concepto. Incluso si hay un adulto presente, el niño y el perro deben estar separados por una barrera de seguridad siempre que haya posibles recursos valiosos presentes.

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