Breve introducción al proyecto

Mi misión trata de mejorar la convivencia entre humanos y perros de manera positiva

Prólogo de la autora

Soy entrenadora y educadora canina, no veterinaria. Y aunque en determinadas ocasiones puedo hacer observaciones o recomendaciones con respecto a cualquier enfermedad, trastorno o lesión que pueda tener el perro, mi trabajo consiste en solucionar problemas relacionados con la conducta. Los buenos entrenadores dejamos que sean los expertos quienes traten las condiciones médicas del animal y por tanto, sería de buena práctica que fuese algo recíproco. Si tu perro tiene problemas de comportamiento, la mejor opción será que acudas a personas especializadas en problemas de comportamiento, no en problemas de medicina veterinaria. Sería como acudir al médico de cabecera en vez de ir a un psicólogo.

Hay una diferencia abismal entre estos dos ámbitos de estudio y, en nuestro caso, la tarea por estudiar como los perros piensan, sienten y aprenden, nunca termina. Estamos constantemente descubriendo formas nuevas y más efectivas de aprovechar el conocimiento científico para poder ayudar a los propietarios de nuestro queridos perretes. Desgraciadamente, vivimos en una sociedad en la que hay un pensamiento generalizado de resistencia hacia conceptos, ideas y evidencias científicas relacionadas con la educación canina. Durante mucho tiempo se nos ha enseñado a través de medios de comunicación y por habladurías de personas poco cualificadas, conceptos sobre el comportamiento canino que hace ya mucho tiempo están totalmente refutadas, como la teoría del macho alfa o la de los perros dominantes. Todo esto, decían, era la manera mas efectiva y natural de controlarles, obviamente añadiendo a la ecuación técnicas duras y confrontativas como poner a los perros en postura de sumisión o pegarles ‘toques’ como se supone que hacen los buenos líderes de las manadas. Es decir, castigar a los perros por portarse mal, en vez de enseñarles cómo y que hacer ante diferentes situaciones.

Afortunadamente esos días están cambiando: ahora ya sabemos que, aunque tienen un antepasado común con los lobos como nosotros con los primates, NO son lobos. De echo se comportan de manera muy diferente. Y no, tampoco están en este mundo para dominarnos, ni tenemos que ser los lideres de ninguna manada. Es más, utilizar técnicas coercitivas hacen que los problemas de comportamiento empeoren, o peor aún, los hace impredecibles (por no mencionar todo lo que implica a nivel de confianza y compromiso con el propio perro).

La ciencia moderna del comportamiento nos ha enseñado que la dominancia y el castigo es menos efectivo y más peligroso que las técnicas basadas en los refuerzos, incluso con perros con comportamientos agresivos que están en zona roja. Pero en este debate entre los métodos clásicos y los positivos, parece que todavía hay quien, bien sea por el dinero, por el historial y renombre entre la comunidad, o incluso por orgullo (el desconocimiento no sirve a estas altura del mundo digitalizado), sigue argumentando que son mas efectivas las técnicas de la vieja escuela.

El debate con respecto a los métodos de entrenamiento ha terminado. La educación canina en positivo, basada en refuerzos y libre de técnicas confrontativas son las más efectivas. Llevo muchos años estudiando y trabajando para entender mejor como son y cómo perciben los perros, un mundo echo por y para humanos. Ahora puedes usar todo mi conocimiento y toda la información de esta web para entender y construir una relación sana, basada en la confianza mutua y el respeto, con tu peludo. Espero que lo disfrutes y sobre todo, te sirva de ayuda.

Hablando Canino es un espacio hecho por y hacia los perros con el objetivo de acercar estos dos mundos tan diferentes a través de la ciencia, la comunicación y el conocimiento.