Los perros, al igual que los humanos, son animales sociales a los que les gusta estar en compañía de otros miembros con quienes desarrollan fuertes lazos emocionales. Este ‘arraigo’ emocional aporta muchísimos beneficios pero, al igual que algunos niños se ponen nerviosos cuando sus padres no están, muchos perros experimentan ansiedad cuando su ‘humano’ está ausente.
El nivel de estrés que experimenta un perro cuando está aislado o separado de cierta(s) personas en particular, pueden ser leves, moderados o, en algunos casos, una sensación tan intensa y desagradable que pueden llegar incluso a un estado de pánico.
Qué es (y que no) la ansiedad por separación
La ansiedad, podría definirse como una emoción caracterizada pon una sensación de tensión y preocupación general, con sus respectivos cambios físicos reales (estrés), como el aumento de la presión arterial, el ritmo cardíaco, e incluso cambios en el sistema digestivo o respiratorio, entre otros muchos. Sin embargo, el término ‘ansiedad por separación’ denota una condición donde un perro se angustia emocionalmente cuando se separa de una o varias personas, y/o se queda solo.
Por matizarlo un poco mas, podríamos decir también que hay dos tipos, en el primero, esa agitación proviene de un fuerte apego a uno o varios individuos en particular de los que el perro no puede estar separado. En el segundo tipo, la angustia no es atribuible a un vínculo emocional, sino que es simplemente una reacción al aislamiento. Generalmente en este caso, el perro puede quedarse tranquilo prácticamente con cualquier persona, incluso en algunos casos, es suficiente la presencia de otro perro para infundir calma.
¿Problemas de separación o fiesta en casa?
Entonces, ¿cómo puedes saber que cada vez que te marchas tu perro tiene un problema relacionado con la ansiedad? Lo cierto es que muchos peludos tienden a destruir cosas cuando se quedan solos en casa pero, así como unos sienten una tristeza emocional mas o menos intensa, otros simplemente pueden llegar a aburrirse como una ostra. La destrucción, la eliminación inapropiada y/o la vocalización incesante pueden ser señales de ansiedad por separación pero, como siempre, esto debe ser evaluado en contexto con el resto de comportamientos.
Los factores identificativos para el diagnóstico de este tipo de problemas es, en los del primer caso, que estos comportamientos ocurren CADA VEZ que el perro se queda solo, mientras que los ‘perros aburridos’ pueden ir variando, y los días que están física o mentalmente más cansados puede que no destruyan nada. Con los perros que sufren ansiedad sin embargo, no siempre tienes porque ver las mismas evidencias al llegar a casa, es decir, puede que un día encuentres pipi en la alfombra y otro el libro de la mesilla triturado en el salón. A continuación, algunas de las conductas más frecuentes:
- Inquietud general
- Ladridos y/o gimoteos, agudos y excesivos
- Temblores
- Salivación
- Ningún interés en la comida
- Patas sudorosas
- Orinar o defecar en la casa o en lugares donde no hace nunca
- Comportamientos destructivos (romper alfombras, muebles, etc.)
- Conductas repetitivas o compulsivas
- Conductas de escape (por ejemplo, esconderse en una caja o rincón, detrás de muebles, etc.)
- Excavar o intentar escapar de los recintos

Presta mucha atención a estos comportamientos, ANTES y DESPUÉS de irte de casa (en estos casos grabar toooda la secuencia es vital para el diagnóstico), solo así podrás ver y determinar si vuelven a repetirse o, si han sido algo puntual y de menor importancia.
Recuerda también que la ansiedad por separación ES un problema emocional y generalmente NO tiene una ‘solución rápida’, no es un cambio que ocurre de la noche a la mañana. A veces se necesita, por supuesto un profesional, y un tratamiento a largo plazo para trabajar y ayudarlo a superar sus problemas.
Aunque a menudo aparecen de manera simultánea, y se experimentan practicante los mismos síntomas (respuesta de estrés) el miedo y la ansiedad no son lo mismo. Ambas tienen una función adaptativa en la vida, pero hay importantes diferencias entre las dos y difieren muchísimo según el contexto.
- El miedo es una emoción básica que se activa habitualmente cuando hay un peligro real e inminente. Es decir, que se relaciona con una percepción, o interpretación de verdadero riesgo, que amenaza la propia integridad física del perro.
- La ansiedad sin embargo, está relacionada con la anticipación, es decir, con la expectativa de un posible peligro. En muchos casos ocurre de manera selectiva, irracional, y amplificando la información que se considera amenazante. Pero, cuidado, ya que en éstos casos la reacción fisiológica, la respuesta a nivel interno, es igual de real.
Independientemente a la ansiedad por separación, la ansiedad per se en un término más genérico es algo que todos los perros y humanos experimentamos de vez en cuando, pero si no se controla puede derivar en un trastorno de ansiedad grave. En términos humanos se le llama ansiedad patológica, y tiene consecuencias negativas muy desagradables para quienes lo padecen, y también para su entorno más cercano. Obviamente todo puede acabar derivando en problemas de comportamiento graves y pasando una gran factura, tanto al peludo como a su familia, tanto a nivel físico, como a nivel mental y emocional.
- Ansiedad relacionada con el miedo
- Ansiedad generalizada
- Ansiedad por separación
- Ansiedad en perros de protectoras o refugios
- Ansiedad por inicio de la vejez
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
Hay ciertos errores muy frecuentes que tienden a argumentarse para explicar la ansiedad por separación. Entre ellos está dormir en la misma cama o prestar demasiada atención al perro. En el libro de medicina clínica conductual de Karen L.Overall, desmienten estos mitos a través de varios estudios científicos y, aunque el hiperapego (o las relaciones demasiado apegadas) pueden causar problemas en la conducta de un perro, no significa que pueda desencadenar en un perro con ansiedad a la separación.
Como diferenciar la ansiedad por separación de la angustia por aislamiento
Para poder identificar y proponer un buen plan de tratamiento, primero debes determinar si la ansiedad se ‘desencadena’ tras la partida de una persona en particular, o si es una reacción que ocurre cuando se queda solo.
En el primer caso por ejemplo, podemos hacer salidas de prueba con las diferentes personas del núcleo familiar: ¿con quién se queda tranquilo y en calma y/o por quien lloriquea y merodea delante de la puerta hasta su regreso? (cuidado, ¡esto puede herir sensibilidades!). En el segundo caso, podemos llamar a algún familiar cercano o amigo y hacerle pasar un rato solo en casa con el perro. En este caso, el ‘extraño’ puede ofrecerle algo de comida después de haber pasado un rato tras la partida, y ver si el peludo come o no come. Además, también pude observar el nivel de estrés que experimenta.
Posibles causas
En general los perros tienen una inclinación natural a vincularse con los diferentes miembros de una familia. Pero entonces, ¿qué es lo que hace que algunos se queden tranquilos y dormidos plácidamente mientras se quedan solos, y que hace que otros se transformen en pequeñas temblorosas bolas de pelo? Aunque hay diferentes factores que pueden causar estos trastornos, se pueden observar también algunas causas comunes.
- La genética puede ser una causa que puede predisponga al perro a tener ciertas características físicas y rasgos de personalidad particulares. Algunos perros son mas extrovertidos y amigables que se enfrentan a nuevas situaciones con actitud positiva, y otros en cambio, los menos seguros y tímidos, tienden a tener menos confianza para gestionar momentos difíciles por ejemplo, cuando se quedan solos. Además, también hay estudios que demuestran que ciertas razas de perros son mas propensas a desarrollar estos problemas, por ejemplo los perros de pastoreo o caza, ya que están preparados para desarrollar fuertes lazos con los humanos.
- Los perros que han sido abandonados o reubicados en diferentes casas de acogida, son otro escenario clásico. A veces los perros se convierten en víctimas de circunstancias poco apropiadas para ellos, como divorcios, traslados a casas donde no aceptan perros o incluso, personas mayores que acaban en residencias de ancianos, donde los familiares no quieren hacerse cargo del peludo. Un perro que pierde su hogar está privado no solo de sus seres queridos, sino también de la seguridad de un entorno familiar y de una rutina conocida. Este motivo puede suponer para el perro una experiencia traumática y por ello tener pánico a volver a ser abandonado.
- Perros que están siempre en compañía y bajo supervisión. Cambios de actividades bruscos, por ejemplo estar rodeados de niños moviéndose y jugando y que de golpe se marchen al cole, o circunstancias similares, pueden suponer más estrés del que el peludo amigo puede manejar.
- El caso de los perros mayores, es muy importante ya que suelen ser los grandes olvidados. Aunque a veces no lo tenemos en cuenta, muchos perros senior (igual que le pasa a la gente mayor) no solo son mas propensos a desarrollar cierto tipo de dolencias, sino que también puede notarse a nivel conductual. Por ejemplo cuando experimentan pérdidas de visión o audición pueden volverse mas pegajosos de los normal, con la finalidad de tener mas controlado su entorno. Esto sin mencionar el caso de muchísimos perros con disfunción cognitiva, que ni tan siquiera sus propietarios lo han detectado.
En conclusión
Mas allá de los tratamientos preventivos y/o lsq terapias de modificación de conducta estuadiadas y aplicadas a través de la supervisión de un profesional, recuerda que los resultados dependerán en gran parte de una combinación de la genética del perro, de sus experiencias a lo largo de su vida y, como no, de tus esfuerzos por ayudarlo. Los perros que están genéticamente predispuestos a estar ansiosos, probablemente nunca se sentirá relajado cuando se quede solo pero, aún con todo, pueden hacer grandes avances mientras tenga un humano paciente y compasivo.
Referencias
- Don’t Leave Me! – Nicole Wilde
- Manual of Clinical Behavioral Medicine for Dogs and Cats – Karen L. Overall