Lenguaje y comunicación

Leyendo su cuerpo I

Aunque durante mucho tiempo fue un tema candente, a día de hoy podemos asegurar que los animales, como nuestros perros, tienen emociones como el miedo, la ira, la felicidad o los celos. Y es más, por lo que sabemos de estudios recientes del cerebro perruno, las emociones, son comparables en muchos aspectos a las nuestras.

¿Te animas a aprender un nuevo idioma?

Si continuas la lectura, te encontrarás aprendiendo un nuevo idioma y leyendo a tu perro de pies a cabeza como un libro. Porque, por si aún no te has dado cuenta, los perros hablan alto y claro con los ojos, los oídos, la cola y la postura.

Pero, antes de empezar debes saber varias cosas. Primero, algunos factores pueden obstaculizar y por tanto ‘crear’ malinterpretaciones en la comunicación de un perro. La gran variedad de razas y apariencias hacen que cambie desde la forma de las orejas (caídas, erguidas), hasta el pelaje o el tipo de cola (erguidas, largas, enroscadas…). Además, e independientemente de su apariencia estética de tipo de raza, piensa que hoy día todavía pueden verse perros con las orejas y colas cortadas, otro factor que afecta a su capacidad de expresarse.

Por otro lado, la comunicación varia en función de la genética y el aprendizaje previo, así como el entorno y el momento preciso en el que ocurre. En algunos su lenguaje corporal es muy obvio y perceptible pero en otro es mas sutil. Por ejemplo, los perros criados para proteger o pelear tienen cara de póker y a veces muestran poco o casi ninguna advertencia.

La parte buena de todo esto es que los conceptos básicos son muy fáciles de detectar, independientemente de la apariencia del perro.

Señales comunes, individuos únicos

Todo lo que leas aquí sobre comunicación o en cualquier otra página de internet o libro, debes tomarlo con precaución y aprender a interpretarlo en un contexto determinado. Piensa que, como bien dice el título, todos los perros comparten el mismo idioma pero cada perros es un mundo. Desde luego que toda información te ayudará a reconocer mejor el lenguaje corporal de un perro pero, si lo que quieres (debes) ser un verdadero maestro, lo que tienes que hacer es observar.

Como ya vimos en anteriores artículos sobre aprendizaje y conducta, el comportamiento es fluido, cambia constantemente y además, muy rápido. Estudiar el comportamiento de un perro y observar cómo interactúa con el mundo es un espectáculo fascinante, especialmente si sabes interpretarlo. Es extremadamente útil (sino obligatorio) aprender a leer el lenguaje corporal de tu perro, para que puedas comprender lo que siente, cuál es su estado de ánimo y lo que está tratando de decirte. Esto te ayudará a evitar problemas potenciales y, junto a otras técnicas, a disipar los existentes. En definitiva, os ayudará a conoceros mejor.

Comunicación canina vs humana

Los humanos, primos cercanos de los primates, tendemos a comunicarnos de manera frontal. Nos acercamos a alguien de frente, extendemos la mano o abrazamos para saludar, y también hacemos contacto visual. Para nosotros esto es lo normal, un gesto de respeto hacia la otra persona.

Sin embargo, para entender la comunicación canina, debes hacer todo lo contrario. Su comunicación NO es frontal. Se mueven o acerca a otros en círculos o arcos y no hay un contacto visual directo (es de mala educación). Por supuesto, tampoco se dan la mano ni abrazan, pero si se olisquean el trasero. Además, también puedes hacerte una idea general de su personalidad según el nivel de intensidad que muestran para saludarse: los perros confiados se mueven más rápido y directo; los desconfiados son menos directos, se mueven mas lento y de forma calculada; los hiperactivos… bueno, ¡a esos se les ve venir a la legua!

Además, y así como en nuestro lenguaje las palabras pueden adquirir cierta importancia según el tono y el volumen, en el caso de los perros, también tienen señales que pueden ser muy sutiles, tener diferentes significados y cambiar rápidamente, según la situación.

Primera impresiones y saludos

Erro numero: acercarnos a los perros como si fuesen personas. Es decir caminar el línea recta, con contacto visual directo, hablándoles fuerte y extendiendo las manos para tocarles la cabeza.

Casi a ningún perro le gusta que le den palmaditas en la cabeza, a menos que conozcas bien al perro y sepas que le gusta o simplemente lo tolera. A menos que lo conozcas bien, ¡jamás agarres su cara y la beses! Es una invasión de espacio total y, aunque los míos lo toleran porque los he criado y tengo una relación maravillosa con ambos, suelen girarme la cabeza si me paso de la raya.

A menudo el acercamiento directo y el contacto visual se traducen en desafío porque implica ocupar su espacio. Puede causar problemas potenciales si es algo común y frecuente si no tienes cuidado, el perro puede sentirse incómodo y cansado de ti. Cuando entro en casa de mis clientes, evito el contacto visual: generalmente bajo la cabeza y miro al suelo apartando la cara de su mirada. Depende como se sienta el perro también puedo darle un poco el lado del cuerpo (no la espalda). Si el perro se siente cómodo y es amistoso y tranquilo, me gusta acuclillarme a su nivel y mirar hacia otro lado sin tocarle, esperando a que me olfatee sin saltar encima.

No me gusta hacer movimientos rápidos y SIEMPRE reviso bien su cuerpo en busca de señales que puedan darme mas información de como se siente, por ejemplo observando dónde tiene el peso corporal (¿está inclinado hacia delante o hacia atrás?) y si tiene mucha tensión en el cuerpo.

Simplificándolo mucho, si el perro está blandito, ondulante y con movimientos suaves y fluidos, perfecto para el contacto humano. Los perros con cuerpo y cola tensa, rígido o incluso (y peor) congelados, indican un perro NO AMIGABLE, que prefiere que mantengas las distancias. Puedes guiarte de la siguiente ilustración, creada por Lili Chin (aquí podéis encontrar todas sus ilustraciones en español) para hacerte una idea de cómo debes a partir de ahora saludar a los perros.

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