Educación y aprendizaje
Centro de aprendizaje » Educación y aprendizaje » El ABC del comportamiento

El ABC del comportamiento

Si hay un término común en toda esta web es: comportamiento. El comportamiento está en todas partes. No importa la especie y la situación.

Las personas que analizamos el comportamiento, nos centramos en observar y entender la relación entre la conducta y el entorno. Para ello generalmente utilizamos una herramienta llamada modelo del ABC, tres elementos de una ecuación que nos permitirá analizar los comportamientos, y que vamos a detallar en este artículo.

¿En que se basa este modelo?

Al igual que el Péndulo de Newton, ese juguete/objeto decorativo que hace chocar una bola contra otra durante mucho tiempo hasta que finalmente paran, un comportamiento pone en marcha una cascada de interacciones en las que actúan de manera conjunta y recíproca la genética de ese individuo y el historial de aprendizaje previo, en un entorno determinado. De manera aislada, el comportamiento no tiene sentido.

Es normal que ante tanta complejidad, muchos os veáis abrumados en el momento de trabajar con vuestros peludos compañeros. De modo que para mejorar y comprender mejor como influir en su conducta, vamos a explorar una herramienta muy valiosa que cuando entendáis podréis guardar en vuestra caja de herramientas.

Tan ‘simple’ como el ABC

Este modelo, conocido por sus siglas en inglés ABC (en español supongo que será ACC), es un método que nos ayuda a entender porque se desencadena y sucede un comportamiento analizando tres aspectos:

  • AntecedenteAntecedent
  • ComportamientoBehavior
  • ConsecuenciaConsecuence

Un ejemplo humano podría ser:

  • Antecedente – entrar en una habitación oscura.
  • (B) Comportamiento – encender un interruptor de luz.
  • Consecuencia – la habitación se ilumina y puedes ver.

Así, toda conducta observable está precedido por un Antecedente (entrar en una habitación oscura) que viene justo antes y es seguido por una Consecuencia (puedes ver gracias a la luz) y que fortalece o modifica el (B) Comportamiento (usar el interruptor).

Los cinco pasos para analizar comportamientos

  1. Describir el comportamiento previo, inmediatamente anterior al comportamiento, de manera objetiva y clara, SIN usar adjetivos que describan cómo supuestamente es el carácter del perro.
  2. Describir las consecuencias que siguen al comportamiento
  3. Examinar los antecedentes, el comportamiento y la(s) consecuencia(s)
  4. Pensar qué podemos cambiar del antecedente y así poder enseñar nuevos comportamientos alternativos
  5. Evaluar el resultado

Veámoslo mejor con un ejemplo. Hace unos años conocí una pequeña caniche que mordía rápido y con fuerza a su propietaria cuando quería ponerla el collar. La clienta pensaba que la perrita era agresiva, territorial, dominante, e incluso obstinada y cabezota. Lo curioso es que este comportamiento SOLO ocurría en el momento de ponerla el collar para salir a la calle. No pasaba en ningún otro momento, se dejaba tocar, coger, cepillar… este caso de agresión era muy, muy específico.

Ahora, volvamos a analizarlo de una manera mas certera:

  1. Antecedentes, describir el problema de manera objetiva: cuando me acerco con el collar en las manos, abre mucho los ojos, gira levemente la cabeza, tensa levemente el cuerpo y se queda totalmente inmóvil delante de mí. En este punto, si no me muevo o si doy un paso hacia atrás, no hace nada. Pero si avanzo y acerco mas y mas las manos, me muerde con fuerza.
  2. Consecuencias: retiro mi mano mordida y dolorida y ella se queda parada.
  3. Examinar toda la secuencia: cada vez que me encuentro con el collar en la mano, justo en la entrada de casa, y cuando acerco mis manos hacia ella, abre mucho los ojos, tensa su cuerpo, se queda totalmente inmóvil y me mira con una expresión muy fría en sus ojos.

Pero, detengámonos en este punto un momento, e imagínate la escena como un video pausado para poder aclarar algunos puntos importantes.

Aunque pueda parecer lo contrario, y lejos de ser una perrita agresiva o dominante, podemos identificar esta agresión en defensa propia ya que, si en vez de seguir avanzando doy un paso hacia atrás, la pequeña peluda no me agrede, no me muerde la mano. SOLO muerde si yo continúo la secuencia y sigo acercando mis manos a ella. Sus ojos abiertos, su cuerpo tenso y su mirada fría… ¡lo que está tratando es de comunicarse conmigo!

Lejos de querer morderme, lo que está es intentando mandarme una advertencia para pedirme que por favor, no continúe. Y si yo tengo en cuenta esta petición, y me retiro, de alguna manera ella me estará dando las gracias por esa acción. ¿No es increíble que, a pesar de todo, al final resulte ser una perrita educada? Así pues, no es el Antecedente lo que mantiene el comportamiento en marcha. Es la Consecuencia lo que lo hace. Con ambas acciones (bien avanzar, bien retroceder) se la estaba enseñando que morder es una forma efectiva de hacer retroceder a un humano; de forma ‘un poco mas amable’ funciona, y mordiendo también. ¿Puede ser que tras varias experiencias negativas esa perrita pensase que, los humanos son seres hostiles que asustan y ejercen una ‘agresión’ constante a pesar de sus esfuerzos por comunicarse?

En términos de análisis de conducta, todos estos adjetivos (dominante, territorial, agresiva, cabezota, testaruda…), lo único que hacen es nublarnos la vita. No nos ayudan a solucionar el problema y no describen de ninguna manera el comportamiento observable. Lo único que hacen es poner unas etiquetas que pueden ser mas o menos precisas (poco precisas), pero que desde luego, no nos ayudan a resolverlo.

A veces los perros se mueven muy rápido y las cosas ocurren en fracciones de segundo. Si quieres hacer realmente bien la investigación de un comportamiento en concreto, primero intenta grabarlo en video y después analiza todo tomando notas. 

La parte interesante viene cuando ‘C’ no sucede. En otras palabras, entras a la habitación oscura, enciendes la luz y la habitación, ¡continúa a oscuras!.

Generalmente ‘B’ no ocurre cuando la habitación está soleada a la luz del día o cuando las luces ya están encendidas. Por lo tanto, ‘B’ solo ocurre en las condiciones de ‘A’ (la habitación está oscura).

En este caso, como humanos tienes muchas opciones: buscar una bombilla para cambiarla, ir a una tienda a comprar una nueva, llevar una nueva lámpara a la habitación, evitar la habitación en la oscuridad, etc. En el caso de los perros, esto se traduce en probar cosas nuevas, hasta que una funciona (habitualmente la peor). En el caso que hemos visto antes, probablemente la pequeña caniche antes de morder fue probando cosas, hasta que morder funcionó.

Además, cuando ‘C’ no sucede, experimentas un proceso llamado extinción. Lo que antes funcionaba, ya no funciona (la luz no se enciende), y esto puede ser bastante frustrante. Mientras la bombilla no funciona evitas temporalmente entrar la habitación cuando es de noche, pero cada vez que te olvidas de ello y tratas de encender la luz, puedes comenzar a sentirte cada vez más frustrado. Y así es como muchos perros, en un trabajo titánico de intentar comunicarse con los humanos, cuando no lo consiguen, se frustran, se ponen nerviosos, actúan de manera incontrolada e incluso, pueden llegar a experimentar la indefensión aprendida.

Hay que puntualizar que el comportamiento es un estudio de uno. No hay una consecuencia ni un método que funcione para todos los perros. Todos somos diferentes y tenemos diferentes preferencias. Y si no ves el aumento o la disminución de un comportamiento después de haber dado una determinada consecuencia, entonces esta consecuencia no es un refuerzo para ese individuo, o al menos no esas condiciones. Si quieres saber más sobre esto pásate por el artículo de ‘el refuerzo depende de quién lo recibe’.

Continuando con el análisis previo…
  1. Pensar un plan con nuevos antecedentes y/o consecuencias. Debemos pensar nuevas opciones para cambiar esta secuencia y disminuir las mordidas, hasta el punto de extinguirlas. En este caso introduje la frase ¿quieres ir a dar un paseo?, como marcador verbal, enseñándola el collar, agachada, y con un montón de chuches en las manos. Poco a poco la hicimos entender que no queríamos ser hostiles con ella, y que poner el collar para salir a pasear, era un momento agradable al que además, fuimos añadiendo caricias y masajes cuando fue relajándose un poco. Además, ¡que mayore refuerzo que salir a la calle!
Eso sí, el trabajo fue constante, duro, y sobre todo, tuvimos que hacer un buen intensivo de lenguaje y comunicación canina para que la humana supiese entender perfectamente bien las señales que la enviaba la pequeña caniche.
  1. Evaluar el resultado final: si la estrategia funciona y cambiando los antecedentes podemos observar una disminución del comportamiento, entonces será un éxito seguro. Así conseguimos que no mordiera más. Haciendo caso a sus advertencias y ofreciéndola alternativas, no le dimos la oportunidad o la razón de volver a morder.

Son las consecuencias las que impulsan el comportamiento, no el antecedente. De tal modo que ‘A’ indica lo que va a ocurrir, y nos ayuda a anticipar, el comportamiento que viene después y por tanto, las consecuencias que habrá en el futuro.

En resumen, esa ‘simple’ estrategia, ayuda a darnos cuenta de los antecedentes previos al comportamiento, es decir, las cosas que hacemos (u ocurren) para provocar esa conducta. Si modificamos esos antecedentes podemos conseguir y hacer más fácil el comportamiento apropiado. Es decir que, detrás de cada comportamiento negativo, hay un mal antecedente. E inversamente, si todos los comportamientos son buenos, ¡quiere decir que los antecedentes son positivos también!

Lo mas importante de todo esto

Lo importante a recordar es que son las Consecuencias las que impulsan el (B) comportamiento, no el Antecedente. De tal modo que ‘A’ indica lo que va a ocurrir, nos ayuda a anticipar el comportamiento que viene después y, por lo tanto, también nos ayuda a predecir las consecuencias que habrá en el futuro.

Para concluir, cabe decir que muchas maneras de cambiar las cosas. Si se analiza bien la secuencia de comportamientos, seguro que encuentras mas de una solución útil. Será correcto si el resultado es el adecuado. Analizar a través del ABC es una herramienta muy útil para muchos tipos de comportamientos pero sobre todo, son la solución para los métodos de enseñanza creativos y, como no, positivos.

Referencias

Este artículo está basado y adaptado de una conferencia de la doctora Susan Friedman (profesora de Psicología en la Universidad Estatal de Utah y pionera en la aplicación del Análisis de Conducta Aplicado en animales de zoológicos y en animales de compañía), presentada en 2020. Puedes encontrar este artículo y muchos más aquí.

Continua aprendiendo

¡Ayúdale a cambiar los malos hábitos!

Aprende a comunicarte con tu perro a través de una metodología dinámica y eficiente

Hablando Canino es un espacio hecho por y hacia los perros con el objetivo de acercar estos dos mundos tan diferentes a través de la ciencia, la comunicación y el conocimiento.