¡¿¡¿Por qué mi perro hace eso?!?!
El comportamiento de los animales es funcional. Por eso, sea lo que sea que esté haciendo un perro, lo hace simplemente ¡porque funciona! Esto engloba todo lo que puede hacer un peludo, tanto los buenos comportamientos (gratificantes para sí mismos y para nosotros), como otras conductas que, por ejemplo les liberen de estrés o del aburrimiento (buenas para ellos, malas para los humanos), como mordisquear el mando de la tele o tu zapatilla.
En esta categoría exploraremos a fondo los fundamentos más básicos del aprendizaje y el comportamiento canino, y algunos métodos que utilizamos para modificar los mismos.
Los perros, especialmente los más jóvenes, ofrecen muchos tipos de comportamientos diferentes, sean buenos o malos para el humano. En realidad esta situación es muy buena ya que nos brinda muchas oportunidades para educar a los peludos en los buenos hábitos. Pero, como consecuencia de una general falta de conocimiento sobre la educación, el aprendizaje y la modificación de conducta canina, en ocasiones desencadena el efecto contrario: nosotros mismos, los humanos, acabamos enseñando a los perros las conductas menos apropiadas y mas dañinas para una relación, SIN ser conscientes de ello.
Sea como fuere, la falta de entrenamiento y/o socialización, una mala gestión de recursos, la energía acumulada o el estrés pueden ser factores de riesgo y hacer que un perro actúe y participe en ciertos comportamientos molestos. Para abordar con éxito estos problemas, es importante recordar que los perros necesitan una guía positiva y constructiva por nuestra parte para ayudarlos a adaptarse y crecer en nuestro extraño mundo doméstico. Puedes aprender a identificar y analizar su comportamiento con técnicas relativamente sencillas que puedes aplicar para ayudarle a mejorar su comportamiento. Obviamente es un tema complejo y a veces se requiere de ayuda profesional, pero hay ciertos puntos importantes que puedes explorar a través de los enlaces de esta página.
Lo más importante a tener en cuenta es evitar a toda costa los métodos punitivos, que simplemente reprimen estos comportamientos no deseados a través de ‘castigos‘ o ‘correcciones’. Infundan miedo, inseguridad y deterioran la relación con nuestro perro. En su lugar, debes emplear métodos positivos para llegar a la raíz del problema y, sobre todo, ser constante a la hora de trabajar para cambiar la forma en que el perro piensa y siente, y así poder eliminar de manera gradual las malas conductas para siempre.
Como personas entendidas que somos, debemos aprender a utilizar las herramientas más favorables al bienestar de nuestros mejores amigos. Querer que un perro que camine al lado o que puedan quedarse tranquilos en casa esperando a que volvamos de trabajar, es un objetivo poco común para los propietarios de perros. Y es un objetivo alcanzable si exploramos y utilizamos las herramientas adecuadas para enseñar a los perros lo que se esperamos de ellos. Te aseguro que hay muchas opciones disponibles para prevenir y ayudar a tratar los problemas de comportamiento en los perros SIN causar angustia, ni al propietario, ni al perro.