Aunque parece algo obvio, los humanos y los perros somos especies diferentes, con una línea evolutiva muy diferente también. Sus capacidades sensoriales no tienen nada que ver con las nuestras, y esto es lo que vamos a ver en este breve artículo. Saber como los perros huelen, saborean, ven y escuchan el mundo que les rodea es fundamental para poder entender lo quieren y necesitan y, por supuesto, que podemos hacer para dejarles ser lo que son: perros.
Perros vs humanos: líneas divergentes
La conexión entre perros y humanos es tan sólida que, literalmente hablando, está integrada en los genes (aunque, muchos de nosotr@s, no necesitamos ningún estudio para demostrar la relación tan importante que hay entre ambas partes, ¿verdad?). Ambas especies procedemos de los mamíferos y, aunque en cierta manera parte de nuestros sentidos funcionan de manera similar, también tenemos muchísimas diferencias.
Los perros descienden de una rama carnívora, y sus sentidos están preparados para cazar. Nosotros, sin embargo, descendemos de una linea frugívora/hervíbora, es decir, de los primates. Y, aunque más tarde en la historia acabáramos siendo unos cazadores bien apañados, nuestros sentidos no están preparados para la caza, sino para buscar, y comer fruta, verdura, hojas…
Ésta observación parece bastante obvia pero, ésta pequeña-gran diferencia es importante para poder entender que ellos perciben LITERALMENTE el entorno de una manera muy distinta a la nuestra. De hecho, para poder interpretar su comportamiento, no solamente debemos aprender cómo es su lenguaje y su forma de comunicarse, sino que también es interesante entender las diferencias estructurales.
Cómo perciben su entorno
Olfato
Aunque el primer sentido que utilizan es la vista, su sentido del olfato es sin lugar a dudas el más desarrollado. Es increíblemente superior al nuestro y lo utilizan para recoger todo tipo de información sobre quién ha estado allí, si una hembra es o no reproductivamente activa, si tienen algún tipo de enfermedad, y quizás hasta lo que están sintiendo.
Para nosotros, el sentido del olfato de los peludos es difícil de entender. No podemos ver los olores, y no entendemos porque acaban metiendo siempre la trufa en los lugares más desagradables que pueden encontrar. Sin embargo, cuando ponemos las cifras sobre la mesa ( 5 millones humanos vs 300 millones de receptores olfativos caninos) podemos entender de lo que estamos hablando. Su nariz está llena de pliegues para filtrar los olores del aire. Cuando inhalan con respiraciones cortas, ‘guardan’ partículas de olor que no exhalan y, esta capacidad de almacenamiento, es la que les permite captar los olores mucho mejor de lo que podemos hacer nosotros. Además siempre tienen la nariz húmeda porque la mucosa les ayuda a capturar mejor las partículas olorosas (una mezcla de gases, vapores y polvo disueltos en el aire) que nos dan la percepción del olor (o al menos a quienes pueden oler, que no es mi caso.).
Claramente, a los perros les encanta usar su nariz y deberíamos dejarles usar este increíble órgano tanto como sea posible. Piensa que nosotros tenemos un Google donde buscar información, pero el Google de los perros está en la calle, en los olores. Además, también se sabe que permitir que los perros olfateen les ayuda a pensar positivamente, así que ¿por qué no dejarles hacer algo que les encanta hacer y que también es bueno para ellos?
Nota: no todos los perros tienen la misma capacidad de olfato. Algunos perros como el pastor alemán o los sabuesos tienen este sentido mucho más desarrollado que otros. Particularmente las razas de nariz corta (braquicéfalas = carachatas, carlino, boxer, bulldog…), tienden a tener menos capacidad de olfato y más problemas respiratorios.
Oido
Una vez más, y superándonos por goleada, los perros también tienen una increíble capacidad auditiva. De hecho, ¡tienen este sentido aproximadamente 4 veces más desarrollado que los humanos!
Sus orejas tienen muchas formas y tamaños, largas y cortas, flexibles y rígidas, toda una gama de variaciones intermedias… Eso si, todas son sorprendentemente móviles, como unos pequeños satélites que giran en cualquier dirección para capturar sonidos. Sin embargo, la cría selectiva ha hecho que muchos pierdan parte de esta capacidad, especialmente los perros que tienen orejas largas y caídas como los sabuesos.
En cuanto a la audición, esta es mucho más sensible que la nuestra (¡casi cuatro veces más sensible!) y pueden detectar sonidos más suaves y en rangos mayores, es decir, inaudibles para nosotros. Por ejemplo, pueden escuchar el sonido agudo de los ratones dentro de una pila de leña. Además, algunos estudios demuestran, que son capaces de apagar ciertos sonidos, para poder filtrar así los ruidos molestos que les están distrayendo. Nota importante: algunos aparatos electrónicos de nuestros hogares emiten sonidos constantes de alta frecuencia que nosotros no notamos pero que pueden ser muy angustiantes para los perros.
Al igual que una cola, las orejas de un perro son una señal visual importante en las interacciones perro-perro y perro-humano, por lo que los perros con orejas cortadas, pierden algo de agudeza auditiva; también pierden la capacidad de rotar la oreja por completo, y esto les puede dificultar mucho la comunicación. Tómate tu tiempo para observar de cerca las orejas de tu perro, ya que pueden ser un buen indicador de cómo se siente. Además, ¡también puede ser divertido!
Vista
Tendemos a pensar en los humanos como mamíferos visuales y en los perros como mamíferos olfativos y auditivos, pero la ciencia está desafiando estos estereotipos. De hecho, sería más exacto decir que los perros y los humanos ven el mundo de manera diferente. La agudeza visual de los perros evolucionó para satisfacer sus necesidades únicas y diferente a las nuestras, pero eso no significa necesariamente mejor o peor.
Los ojos de los perros funcionan bien en una gama de diferentes niveles de luz, o en condiciones de poca luz. Ven mejor que los humanos al anochecer y en la oscuridad gracias al tapetum lucidum, una membrana que ‘absorbe’ la luz y mejora la visión cuando es pobre y escasa (¿has visto como brillan sus ojos en la oscuridad si les enfocas con una linterna?). También están mejor adaptados en cuanto a su visión periférica y tienen mucha sensibilidad a los movimientos rápidos. Sin embargo, los perros no son tan buenos como los humanos para ver las cosas en detalle. Les cuesta distinguir entre los colores rojo y verde (les es muy difícil de encontrar una pelota roja en un campo de hierba verde, sin contar el olfato).
En definitiva, la visión del perro es diferente a la humana, ya que las capacidades visuales se han adaptado a las necesidades de cada especie.

Tacto
Los perros tocan el mundo, literalmente hablando, cuando corren, caminan, juegan y olfatean. Se tocan con la nariz cuando se saludan y nos tocan cuando se frotan contra las piernas o se hacen un hueco en nuestra cama. Por supuesto, también les tocamos cuando les acariciamos, peinamos o abrazamos.
Sabemos menos sobre la experiencia sensorial del tacto con respecto a otros sentidos pero, lo que sí sabemos es que varían mucho en su reacción al tacto. A algunos les gusta que les rasquen fuerte y con energía, y otros prefieren las caricias suaves. A otros sin embargo no les gusta que les toquen, quizás porque puede desarrollarse una aversión al tacto durante el proceso de socialización, o por experiencias tempranas desagradables. Igualmente, en los casos en los que un perro tiene aversión a que lo toquen debe ser respetado y SIEMPRE debemos tocar a los perros en SUS términos, no en los nuestros. Al igual que con el contacto humano-humano, el consentimiento es importante.
Un consejo, es mejor pecar de precavid@: cuando no estés seguro, ni toques ni abraces. Como siempre, presta mucha atención a la personalidad del perro. Es importante comprender sus preferencias, saber leer e interpretar sus señales y por supuesto, respetar su individualidad y no traspasar su espacio personal.
Gusto
El sentido del gusto de un perro es menos sensible que el nuestro. Otra diferencia clara entre carnívoros y frugívoros/herbívoros. Los humanos saborear cinco sabores: salado, dulce, agrio, amargo y umami (sabroso). Los perros (hasta donde sabemos) solo saben salado, dulce, agrio y amargo. Respecto a las preferencias, se observa claramente que la definición de comestible varía mucho entre perros y humanos. Muchos son capaces de comer cualquier cosa, ¡sin ningún tipo de discriminación!
Es interesante dejarles degustar y usar su ‘segunda nariz’: no regañarles por comer cosas asquerosas, trabajar por comida, ofrecer alimentos alternativos al pienso (con cierto criterio y adaptado a ellos), y mantener en forma sus mandíbulas con diferentes objetos masticables (siempre con supervisión).

Usar lo que sabemos para darles mejor vida
Espero que esté artículo sobre los sentidos de los peludos te haya sido útil. A veces los perros viven vidas muy restringidas y nunca está de más darles más libertades y permitirles disfrutar, a su manera, en este mundo de humanos. También es interesante recordar que, igual que las personas, no hay perros universales. Las personas, de manera general, deciden con quien vivir, pero no ocurre lo mismo con nuestros compañeros no humanos. La pregunta que has de hacerte es: ¿qué consideras que es una buena vida para tu perro y cómo puedes ayudarle a conseguirlo? Haz una lista y, si te apetece, contacta conmigo.
Es interesante dejarles degustar y usar su ‘segunda nariz’: no regañarles por comer cosas asquerosas, trabajar por comida, ofrecer alimentos alternativos al pienso (con cierto criterio y adaptado a ellos), y mantener en forma sus mandíbulas con diferentes objetos masticables (siempre con supervisión).